La gente ha aprovechado esta segunda jornada para ir a comprar con los bonos descuento. | Jaume Morey

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Pese a que había tensión y cierta desconfianza, este miércoles a las 10.00 horas en punto ha funcionado la aplicación para llevar a cabo los descuentos de los bonos de Palma Activa. Tras los problemas informáticos que se produjeron el primer día de la cuarta campaña, el pasado 27 de abril, ahora sí que está funcionando la aplicación después de testear y hacer pruebas de resistencia.

A las puertas de Maricastaña se concentraba una docena de clientes a menos cuarto. Sergio, responsable de este establecimiento, probaba a cada momento la aplicación, sin que pudiera entrar en la misma. Hasta las diez en punto. Sonaban las campanas de la iglesia más cercana cuando la aplicación ya arrancó. «Es normal que no haya tanta gente como en otras ocasiones. La gente está con los niños, hay vacaciones escolares y la gente, además, la última vez se enfadó. La otra vez hubo personas esperando tres horas a que funcionara la aplicación y se tuvieron que volver a su casa sin nada».

Los comerciantes han estado toda la mañana intercambiando mensajes: desde tiendas de ropa hasta libreros pasando por carniceros. Algunos comercios habían conseguido cambiar parte de sus vales el primer día de la campaña mientras que otros se estrenaban este miércoles. En la carnicería Can Jaume, en el mercado del Olivar, su propietario Jaume Oliver atendía afanoso a los clientes a las diez y veinte de la mañana. «Quedan nueve bonos», anunciaba a la cola.

Campaña PalmaActiva

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Los primeros clientes se habían agolpado en el puesto desde las siete de la mañana, tres horas de espera para acceder a un máximo de tres bonos que por una compra de 48 euros descontaba 30. Señoras con el carrito de la compra atestado se llevaban chuletas de cordero, muslos de pollo y croquetas para llenar el congelador. «La otra vez tuve que hacerlo todo a mano», comentaba Oliver, que en seguida acabó con el poco más de un centenar de vales que le correspondían por establecimiento en esta primera tanda.

En la tienda Calzedonia de Sant Miquel reinaba el silencio. «Este año no podemos participar porque somos franquicia», contaba una solitaria dependienta. En otras ediciones la tienda estaba a reventar y en la primera edición sobrepasó el millar de bonos cambiados. El cambio de las normas en la campaña de PalmaActiva ha permitido un reparto más equitativo entre los pequeños comercios de la ciudad.

En Neko, un establecimiento de artículos relacionados con el mundo del cómic y el manga, los clientes hacían una larga cola para comprar. Su propietario se defendía entre cobrar, pedir DNIs y pasar tickets por la aplicación. Por suerte, hoy ha sido una jornada tranquila dentro de la marabunta de compras típica de la campaña de bonos de PalmaActiva.