Estas fuentes permiten el relleno de las botellas reutilizables y cantimploras de los usuarios.

TW
7

Las 47 fuentes de agua potable filtrada colocadas en diferentes puntos de Palma han proporcionado a lo largo de 2022 un total de 1.553.830 litros de agua a los usuarios. En este año que acaba de finalizar, Emaya ha instalado 14 fuentes nuevas de agua potable filtrada para el consumo de los peatones, de manera que se promueva el consumo de agua de grifo y la reducción de envases de plástico.

Estas 14 fuentes que se instalaron el año pasado se suman a las 33 que se pusieron en marcha entre 2019 y 2021. De éstas, 15 se ubicaron en las zonas de mayor afluencia turística gracias al proyecto europeo INCIRCLE, financiado por el programa europeo Interreg MED e implementado e Palma por MedCities.

Las fuentes de agua potable cuentan con un sistema de filtrado para mejorar el gusto, con un filtro de carbón. Las fuentes están especialmente pensadas para llenar botellas y cantimploras reutilizables y algunas cuentan con un brazo para beber y otra salida a nivel de tierra para que puedan beber los perros. Cada fuente dispone de un contador para hacer un seguimiento de su uso, detectar fugas o su mal funcionamiento.   

El mes de más consumo ha sido julio, con 267.580 litros, seguido de agosto, con 256.520. Durante los meses de verano, se han consumido una media total de 8.450 litros al día, lo que suponen 195 litros por cada fuente en cada jornada.

Ahorro

La instalación de estas fuentes tiene por objetivo el fomento del consumo de agua de grifo y la reducción del plástico. Cada vez que se hace uso de una botella reutilizable se evita el consumo de botellas de plástico de un solo uso. De esta manera, se ha evitado el consumo de 1,5 millones de botellas de plástico de un litro o 4,5 millones de 0,33 centilitros, lo que supone un total de 15 toneladas de plástico ahorradas.

Este proyecto continuará en 2023 y Emaya tiene prevista la instalación de 16 nuevas fuentes más en calles, plazas y espacios públicos hasta alcanzar un total de 63. Una vez finalizada la instalación de todas las fuentes, el objetivo es llegar a reducir la producción de 24 toneladas de plástico cada año. El agua de la red pública de Palma es potable y tiene todas las garantías sanitarias para el consumo humano.