Los alumnos dieron a conocer su trabajo. | Pere Bota

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La plaza Orson Wells ha contado con un grupo de pequeños urbanistas, artistas plásticos y diseñadores que acaban de lanzar su propuesta para rediseñar un rincón de Palma. «Queremos que arreglen las canchas, para que no tengan baches, más seguridad y vigilancia», dice Lucía, una niña de once años que ha participado en el proyecto Dona-li color a Son Gotleu II. Los alumnos de sexto de Primaria de los centros de este barrio han participado en este proyecto artístico, educativo y social donde proponen un rediseño de la plaza Orson Wells.

Los estudiantes de CEIP La Miraculosa, el CEIP Joan Capó y el Centre Educacional Mater, así como sus familias, han participado además de la intervenciones artísticas sobre el mobiliario urbano. Los bancos y parterres de la plaza ya lucen nuevo aspecto, repletos de coloridos murales. Ayer se celebró la inauguración de las intervenciones artísticas en el mobiliario urbano y este proyecto fue seleccionado en la convocatoria CAC 2022. Los alumnos mostraron el resultado final al alcalde de Palma, José Hila, que iba acompañado de Llorenç Carrió, regidor de Educació i Política Lingüística; el coordinador general de Cultura, Miquel Àngel Contreras; la directora general de Cultura i Comunitat, Tina Codina, y la directora del Casal Solleric, Aina Bausà.

Una de las actuaciones.

Hila agradeció al centenar de alumnos participantes la intervención en la plaza. «Nos tenéis que ayudar. Si hacéis vuestro el barrio, dejaréis huella. Mejoraremos el parque, queda mucho por hacer», señaló el alcalde. Los portavoces de los alumnos aprovecharon la ocasión para hacer sus peticiones. «Nos gustaría que quitasen los grafitis feos y que hubiese más columpios y papeleras, y un pipicán», decía uno de los chicos. Héctor, alumno del CEP La Miraculosa, reclamaba también «baños públicos, papeleras y un pipicán». El alumnado se reunió el mes pasado en la plaza para analizar la zona y se celebraron talleres para mejorar este espacio. «Ninguno de los participantes hará un grafiti ahora sin permiso», decía uno de los monitores. La plaza Orson Wells se ha convertido en el orgullo de sus alumnos.