Imagen de cómo quedará el edificio reformado. Abajo, plano con los nuevos servicios con los que contará la EFM. | Ultima Hora

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El cementerio municipal de Palma se adapta a los cambios de la población que ha transformado la ciudad. Los cambios demográficos vividos en años pasados también se reflejan a la hora del último adiós. La Empresa Funerària Municipal (EFM) llevará a cabo obras de ampliación de las instalaciones en Son Valentí que tendrán una duración de 15 meses y que supondrán una inversión de 2,7 millones de euros. «Es una obra grande que supondrá actualizar el servicio de velatorios, que ahora son pequeños, así como la ampliación de servicios internos. Con la ampliación se dará respuesta a todas estas necesidades», señala el presidente de la EFM y regidor de Promoció Econòmicas, Jordi Vilà. Otro de los cambios es el traslado de las incineradoras de la rotonda del Camí de Jesús hasta el edificio principal para acercar estos servicios y así «evitar los desplazamientos de los familiares». Vilà añade que «se cambian los hornos y el sistema de filtros».

Miquel Gomila, gerente de la EFM, explica que «se va a modificar toda la fachada principal del edificio y se crearán una serie de pérgolas para dar sombra a los usuarios en la zona de accesos». El aparcamiento interno se traslada a otra zona y ese espacio se convertirá en una zona ajardinada, con sombras y jardines verticales en los porches. El objetivo es conseguir espacios más amables para los usuarios.

El edificio sufrirá importantes modificaciones, y se ampliará con una planta superior y un sótano. «Además de reformar todo el vestíbulo, habrá nuevo mobiliario y un punto de información adaptado que permitirá una mayor intimidad», dice Gomila. Los seis velatorios ampliarán su capacidad un 40 por ciento y cada uno de ellos estará dotado de un patio interior ajardinado individual, así como de aseo y guardarropa para cada uno de ellos. «El objetivo es lograr un mayor confort y calidez», dice Gomila. En la parte interna del edificio se construirá una segunda sala de prestación para los difuntos, que contará con los nuevos hornos y una sala de preparación de cenizas. De hecho, el 56 por ciento de los servicios ya requieren incineración. El sótano acogerá un almacén.

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Vista general del cementerio de Palma.

El cementerio de Palma se prepara para la demanda futura y fuentes de Model de Ciutat señalan que «está previsto de cara a la aprobación definitiva del Plan General recoger las peticiones de la EFM para poder integrar un ámbito para el cementerio islámico y también el proyecto del Jardí de Cendres, que reforzará la continuidad de la Falca Verda desde la rotonda del Camí de Jesús junto al Psiquiàtric hasta el otro lado de la vía de cintura». En la zona más próxima al Camí de ca l’Ardiaca se colocará una garita de seguridad en los accesos del cementerio. Se aumentará el número de cámaras «para evitar robos» y la vigilancia será permanente.

El cementerio se adapta así a las nuevas demandas de la población, tras trabajar intensamente durante la pandemia. Si ahora mismo la EFM recibe una media de 12 difuntos al día, durante los momentos más duros de la COVID «llegamos a contabilizar más de 60 todos los días de la semana», cuenta Vilà, que recuerda «las dificultades que hubo para atender a las familias y llevar a cabo las gestiones. El servicio se demoraba por la complicación de conseguir una simple fotocopia de DNI».