Cada mañana la Platja de Palma aparece repleta de restos de comida rápida y botellas. | M. SERRA

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A primera hora de la mañana  la Playa de Palma amanece cubierta de envoltorios de comida rápida y botellas de vodka por docenas. Es el escenario de una batalla nocturna en la que centenares de turistas acampan en la primera línea de mar ‘armados’ de alcohol y avituallamiento que han comprado en los restaurantes de comida rápida de la zona. La indignación vecinal es más que patente y los residentes recogen testimonios gráficos que plasman el panorama con el que se levantan cada mañana en verano.

«Cada día nos encontramos con esta estampa cuando salimos a caminar a las ocho de la mañana. Es un desastre que se extiende desde el Balneario 1 hasta el Balneario 9», cuenta Margarita Serra, vecina de la zona. La primera línea de la Playa de Palma amanece repleta de botellas de alcohol vacías y los restos del banquete nocturno. «Esto no es culpa del Ajuntament. Al contrario. Yo misma les he dicho a los operarios que tendrían que hacer huelga vista la cantidad de basura que se acumula», insiste Serra.

La vecina relata que ya por la mañana hay un amplio despliegue de operarios de Emaya: «Primero vienen unos operarios con ventiladores que acumulan la basura, viene la máquina aspiradoras y detrás, otros que recogen lo poco que haya quedado. Por último, echan chorros de agua. Y así, cada día. ¿Cuánto nos cuesta esto a los palmesanos?», se indigna Serra. La vecina lleva años viviendo en la segunda línea de la Platja de Palma y se considera afortunada porque no tiene hoteles cerca. «Pero tenemos vecinos que nos dicen que no pueden dormir porque hay turistas en la calle hasta las siete de la mañana, gritando y haciendo sus necesidades en la calle», dice.