Mapa de Ciutat con los principales establecimientos que han cerrado o se han trasladado. | Carla Sanz

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Palma está irreconocible. Es la frase que uno no deja de escuchar desde hace meses en Ciutat. El confinamiento, sumado a la crisis sanitaria y económica, así como las restricciones derivadas de la pandemia nos han cambiado la vida, pero sobre todo ha transformado el tejido comercial de la capital palmesana.

La escasez de turistas, la bajada del consumo y el aumento de los alquileres para muchos negocios, sobre todos los más veteranos, ha hecho mella en los comercios de Mallorca. Muchos se han visto obligados a bajar la persiana de forma definitiva y otros, los menos, han apostado por cambiar de aires, mudándose a zonas comerciales más en boga.

Palma
Turistas, de compras en Palma.

La COVID está logrando que los hábitos de consumo cambien. Mientras Jaume III o la calle Sindicat languidecen, con cada vez más locales en el que cuelga el cartel de 'se alquila', en cambio el Born y la zona que incluye la Plaça del Mercat y la calle Unió viven todo un renacer, con el foco dirigido en atraer un público más exclusivo.

Así han cambiado en poco más de un año y medio las zonas comerciales de Ciutat

La fisonomía de la Plaça del Mercat y calle Unió es la que más transformación ha sufrido. La veterana tienda del diseñador gallego Adolfo Domínguez de calle Unió nº 5 echó el cierre definitivamente en julio de 2020 tras más de dos décadas en esta céntrica zona comercial.

Tres meses después, en octubre de 2020, la tienda de la marca Purificación García dejó su ubicación en la Plaça del Mercat para trasladarse muy cerca, enfrente, al número 11 de calle Unió, que hasta unos meses antes ocupaba The Body Shop, muy cerca del Gran Hotel; franquicia, a su vez, que conserva todavía un punto en la calle Sant Miquel, 14.

Por su parte, el local que ha dejado Purificación García en Plaça del Mercat lo ha ocupado otra tienda de alto standing, Carolina Herrera, que se ha trasladado desde el Paseo del Borne a esta plaza que fue peatonalizada en 2019.

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Cartier ha abierto nueva tienda en Plaza de Cort. FOTO: Jaume Morey

Otra tienda que se ha mudado en los últimos meses también ha sido Cartier. La firma de joyas ha desembarcado en la Plaza de Cort a finales de julio, frente al edificio del Ajuntament, en el local junto a los hotel Cort y Capuccino, tras dejar su local en Jaume III.

Mientras que la tienda de Nespresso, hasta hace poco tiempo instalada en Unió 9, se ha mudado a finales de mayo de este 2021 a un nuevo establecimiento en el número 6 de Jaume III.

Cierres y despedidas

Precisamente Jaume III es una de las calles comerciales que más cambios ha sufrido. La veterana Pieles de Mallorca anunció a principios de noviembre del año pasado que echaba el cierre de sus tres tiendas en Palma, su punto de Porto Pi ya lo había hecho antes, y se despedía de sus clientes tras 35 años de trabajo.

Pieles de Mallorca
Las cuatro tiendas de Pieles de Mallorca se cerraron antes de finalizar 2020. Foto: Jaume Morey

Hace unas semanas también supimos que Cortefiel y Pedro del Hierro también se clausuraban por la subida del precio del alquiler. Con esta decisión, se ponía fin a 44 años de servicio ininterrumpido, y a un pedazo de la historia de Jaume III, la hasta ahora principal arteria comercial de Palma.

En el Casc antic, la situación no ha sido más positiva. La calle Sindicat, por ejemplo, está en número rojos, y ha perdido, entre otras, la tienda de calcetines Sockland por culpa de la pandemia. Tras tres años de trabajo, su propietario, José, tiraba la toalla, después de un verano nefasto para las ventas.

Muy cerca de allí, en la calle Ample de la Mercè, la mercería Es Botó Italià ya ha colgado el cartel de liquidación por cierre, asegura su propietaria, incapaz de sobrevivir al coronavirus. El negocio, con más medio siglo de historia se despedirá a principios de año, después de la temporada navideña.

Una década después de su apertura, Mega Estil también colgó las tijeras y cerró sus puertas. Antonia Juan Bonafé y Javier Linares, sus propietarios, bajaron la barrera, esta vez de manera definitiva, a finales de enero de este año. Los últimos meses antes de tomar la decisión fueron críticos para ellos, pero en realidad llevaban tres años pasando dificultades.

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Niños y librerías

Los niños son los que más están penando esta crisis del coronavirus. Imaginarium cerró este año hasta 41 de sus establecimientos en todo el país. Aunque antes ya había caído su tienda ubicada en la calle Unió, la última en cerrar su 'puerta chica' fue la del centro comercial Alcampo, en febrero de este 2021 aciago.

Disney
Disney se fue de Mallorca este mes de septiembre. Foto: Jaume Morey

Mientras que el punto Disney del número 2 de la calle Sant Miquel también se despidió de Palma el pasado mes de septiembre para desazón de los más pequeños de la casa; el local lo ocupa ahora una tienda de perfumes.

La casi centenaria Casa Vila de fotografía anunció a mediados de febrero su liquidación y cierre. Decenas de personas pasaron desde el anuncio de su despedida por la tienda de la plaza de Santa Eulàlia atraídas por el cartel y para interesarse por las causas de esta medida y los artículos que se vendían rebajados al 50 %. Pero a rey muerto, rey puesto: en el local hay un supermercado desde este mes de septiembre.

A mediados de marzo, Palma perdió otro comercio emblemático, la papelería Minerva, de la calle Velázquez. Se despedía así la librería más antigua de Ciutat, y con ella 84 años de historia comercial en el centro. Y otra que echaba el cierre también ha sido la papelería Es Ferreret de Pere Garau, tras más de 30 años de servicio a la barriada palmesana.

Minerva
La papelería Minerva, adiós a 84 años de historia comercial. Foto: Gemma Marchena

Bares y restaurantes, principales víctimas

El año pasado se despidió de los comensales la Fonda de Sóller, frente a la Clínica Rotger. El local, regentado por el chef Rafa Martínez, no se despedía por el coronavirus sino por la subida del precio del alquiler. El proyecto de este cocinero llevaba 18 años en funcionamiento.

Después de cuatro años luchando por mantener con vida una de las pocas tiendas de vinos y vermuts con estilo arcaico y con tradición mallorquina, Uta Gritschke cerró las puertas de su Bodega Santa Clara el 3 de junio de 2020 (la antigua Sifoneria de Intersecció Art), ubicada en el barrio de sa Calatrava, en pleno Casco Antiguo de Palma.

Bodega Santa Clara
La propietaria Uta Gritschke muestra el interior de la bodega, cerrada desde el 6 de junio de 2020. Foto: Jaume Morey

El 30 de enero nos despertamos con la noticia de que la aventura del Bon lloc, el primer restaurante vegetariano de Mallorca, llegaba a su fin tras 42 años de historia. Su cierre se debió a las dificultades económicas y sociales generadas por la COVID.

En agosto del año pasado echó el cierre Parabellum, el edén del entretenimiento, o lo que es lo mismo, el primer bar en la Isla que fue pionero en mezclar comer, beber y jugar. Ha reunido a diario a un fiel número de clientes que pasaban su tiempo libre entre cartas, figuritas y tableros de fantasía. Reabrió después del confinamiento, pero los números no cuadraban, y sus dueños se vieron obligados a vender todos los juegos y cerrar definitivamente.

El bar Chicho, en la calle Tizia, bajó la persiana de forma definitiva el año pasado. Famoso por su caña y tapa a un euro, llevaba 40 años en este emplazamiento, y 18 en manos de Juan Pedro Alarcón. El 30 de septiembre de 2020 echaron las últimas cañas y ofrecieron sus últimas tapas caseras, elaboradas por Resu, esposa del propietario, el otro gran pilar de este local de barrio.

El mítico bar Galeón de s’Arenal, que destacó por la clientela nacional en una zona eminentemente ‘guiri’, también ha echado el cierre tras 38 años de trabajo, fiestas y diversión. Sin duda, el fin de una época gloriosa. Francisco Jiménez, su propietario, apostó desde el principio por la música nacional para atraer al público local. Eso, junto a una selección del mejor funky y rock de los 70 y 80, convirtió este local en un ‘templo’ de la diversión para miles de jóvenes, y no tan jóvenes.

Y a mitad de noviembre se despedirá el restaurante indio Basmati (calle Caro, 7) tras 18 años como referente de la comida india para los mallorquines. El propietario, Shahin Awal, ha tomado esta dura decisión para volver a Bangladesh y cuidar a sus padres.

Sin olvidar que el Mercado Gastronómico San Juan se encuentra cerrado a cal y canto desde la pandemia y a finales de 2020 entró en concurso de acreedores. En la actualidad está liquidando sus bienes para hacer frente a las deudas adquiridas.

Nueva oportunidad

Curiosos resultan los dos casos siguientes. En marzo de 2021 reabrió el bar Cristal de Plaça d'Espanya, que desapareció hace casi tres años para dar paso a un Es Rebost.

Bar Cristal
Este mes de marzo reabrió el bar Cristal.

Idéntico periplo ha vivido el Bar Atlántico, de la calle Sant Feliu de la Lonja. Anunció su despedida el pasado mes de mayo, tras 25 años sirviendo cócteles, pero a mediados de agosto ha vuelto a reabrir de la mano de Guillermo Mateu, que ha formado un equipo con su hijo Juan y con Paula Aguiló, quien ya trabajaba en el local desde hace años.