El kiosco Alaska es uno de los locales más emblemáticos de la ciudad. | Jaume Morey

TW
57

Pasan los años, pasan las legislaturas y la situación de irregularidad del kiosco Alaska, ubicado en la plaza del Mercat de Palma, sigue sin resolverse.

La concesión de esta hamburguesería, que forma parte del paisaje urbano de la ciudad desde hace décadas, caducó el 27 de julio del año 2007, es decir hace catorce años.
Ya el gobierno del ‘popular’ de Mateo Isern quiso afrontar el problema pero se topó con una importante campaña en las redes sociales bajo el lema ‘Salvem el Alaska’ que motivó que el PP optase por dejar la solución para el gobierno que saliese de las siguientes elecciones.

Entonces llegó el primer pacto de progreso que, de nuevo, consideró el tema demasiado espinoso y dejó pasar cuatro años más sin tomar ninguna decisión ni convocar ningún concurso para adjudicar de nuevo la concesión. El Pacte vinculó entonces el futuro del kiosco al de la plaza sobre la que se asienta, que debía ser reformada, algo que tampoco ocurrió durante el mandato que se repartieron como alcaldes el socialista José Hila y el ecosoberanista Antoni Noguera.

Hay que recordar que al margen de la caducidad de la concesión, el local no cumple la normativa en vigor en materia de seguridad y accesibilidad, como confirmaron los técnicos municipales en el año 2014, y para adaptarse a la legalidad debe acometer un proyecto para la dotación de aseos, medidas antiincendios, sistema de evacuación de humos y accesibilidad, entre otros aspectos. Para eso se estima que el local debería duplicar el espacio que ocupa hoy día en la plaza, con la terraza incluida. Ya en el año 2019 fuentes municipales estimaron en unos 170.000 euros el coste de estas actuaciones.

Es decir, que solo caben dos opciones, cerrar el kiosco o adaptarlo a la normativa duplicando su espacio. El concejal de Infraestructures de la pasada legislatura, Rodrigo Romero, optaba por la primera pues la segunda implica sacrificar espacio público.
También ARCA se posicionó en contra de que el establecimiento creciera en superficie.

Y así llegamos a la actual legislatura, en la que la situación sigue inmóvil. El proyecto de remodelación de la plaza del Mercat a la zona peatonal sigue sobre la mesa de Infraestructures, pero su actual responsable, Angélica Pastor, responde que «ni idea» cuando se le pregunta sobre cuándo se estima que se podrían poner en marcha las obras de la plaza.

Desde el área de Govern Interior se confirma que en tanto no se defina el futuro de la plaza tampoco se va a hacer nada en relación al Alaska. Ante estas respuestas todo indica que se van a dejar pasar los dos años que quedan de mandato, todo antes que enfrentarse a lo que Cort sabe que es una decisión muy impopular: cerrar el Alaska.

La propiedad del kiosco, mientras, sigue abonando un canon anual al Consistorio de más de 8.000 euros mensuales

También la Oficina de la Defensora de la Ciudadanía ha estudiado el tema a raíz de la denuncia recibida por parte de un ciudadano. La defensora, Anna Moilanen, ha dado traslado en nueve ocasiones del expediente abierto sobre este negocio a la Comisión de Reclamaciones y Sugerencias. A su juicio, «ni la presión social ni cualquier otra debería justificar un posible beneficio particular amparándose en la dilación del proceso».