La playa de Ciutat Jardí ya estaba muy concurrida en los años 50. | Casa Planas

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Hace 70 años Palma vivía los inicios del boom turístico. Una ciudad de postal que recibía a los abuelos de los viajeros que hoy regresan tras la pandemia.

Testigo de aquella incipiente revolución, Josep Planas i Montanyà retrataba esa ciudad que se ha quedado grabada en el recuerdo y en sus carretes. Todos esos matices se perciben en la exposición Planas i Montanyà: Identitat i turisme, que se estrena hoy en Can Balaguer y permanecerá abierta al público hasta el 29 de agosto.

La muestra se divide en dos partes. Por un lado, un centenar de imágenes bucea en la identidad turística de Palma, gracias al comisariado de la directora de proyectos de Casa Planas, Alelí Mirelman. Por el otro, también se puede disfrutar de Memòria litoral, una acción de trabajo comunitario en la barriada de s’Arenal, realizado por Marina Planas, nieta del fotógrafo, y Txema González de Lozoya, con el apoyo de Dídac Martorell.

una pareja de visitantes del ‘boom’ turístico en el Born con pintadas de ‘Arriba España’ a su espalda.

En la muestra fotográfica se adivina una Palma ya casi olvidada. La plaza de Can Pere Antoni acogía en la década de los 50 un puñado de chabolas. El Passeig Marítim aún no había ganado su terreno al mar y en playas como Ciutat Jardí los primeros turistas se mezclaban con los nativos, se servían de tumbonas de madera y aún pervivían las casetas rayadas que hacían las veces de cambiador para bañistas pudorosos.

El objetivo de Planas también divisó una Palma que se estaba dibujando a base de cemento y ladrillo. Son Cladera era apenas un solar hace setenta años con un rascacielos residencial. El Parc de la Mar era solo un germen de lo que es hoy y la mujeres en bikini se tumbaban en las piscinas como reclamo de los hoteles mallorquines.

Testimonios

Este martes el teniente de alcalde de Turisme i Benestar Social, Antoni Noguera, señaló que «el archivo de Casa Planas conecta la cultura con la historia reciente y nuestro modelo económico, vinculado excesivamente al sector turístico». Para el regidor, esta exposición «de memoria histórica permite entender Palma».

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Marcos Augusto, Marina Planas, Tina Codina, Alelí Mirelman, el teniente de alcalde de Cultura, Toni Noguera, e Isabel Miró. Foto: Jaume Morey

La exposición Memòria litoral recoge los testimonios de los vecinos de s’Arenal. «Sin ellos se puede perder una parte de la memoria oral de Palma», dice Planas. Pau de Bonança, propietario del Rancho Bonanza, o Aria Van Der Steen, propietaria Bar Double Dutch Sportsman, entre otros, prestan su memoria de s’Arenal a Casa Planas.

La exposición irá acompañada de actividades en Can Balaguer y s’Arenal y se conecta con la exposición de Ro Caminal, Nostàlgia de Futur, ahora en el Casal Solleric, que también analiza el trazado urbano de Palma.

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Fotos aéreas de antes del dron

El fotógrafo Josep Planas i Montanyà se sirvió de helicópteros para disparar las primeras fotografías aéreas de Palma, una muestra palpable de la transformación del trazado urbano que se han vivido en estas décadas. Cuentan que ponía el dinero de su bolsillo para alquiler el helicóptero y así captar Palma desde un nuevo punto de vista. Su empresa, Casa Planas, recibía encargos comerciales y configuró el imaginario de la isla turística a través de sus hoteles y sus playas. En la exposición también se muestran una veintena de cámaras de la colección de Casa Planas.

Chabolas de Can Pere Antoni en los cincuenta. Fotos: Archivo Casa Palnas