Jaime Martínez, en la sede del PP, considera que Palma «merece mucho más de lo que tiene ahora».

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A Jaime Martínez (Palma, 1971) ni siquiera se le había pasado por la cabeza hasta hace unos meses la idea de optar a ser el alcalde de la ciudad que le vio nacer, algo que ahora es una realidad y supone un proyecto por el que siente un gran entusiasmo.

Por primera vez el presidente del PP de Palma será el candidato a la Alcaldía, ¿es garantía de la unión del partido?

—Venimos de un congreso donde ha habido una candidatura única y ninguna fisura a nivel de partido, lo que demuestra la unión que hay en estos momentos, y el hecho de que coincida la figura del presidente del PP de Palma con la del candidato contribuye a reforzarla.

Tiene dos años para volver a ilusionar a simpatizantes y votantes

—Sí, tenemos por delante un trabajo importante, que es el de recuperar afiliados, simpatizantes y posibles votantes que se perdieron por la atomización del centro-derecha que hubo con Cs y Vox. Ya hemos recuperado a mucha gente que vuelve a estar en el PP de Palma.

También debe darse a conocer al ciudadano, ¿cómo lo hará?

—Creo mucho en el cara a cara y en la calle. Es cierto que la política ha cambiado muchísimo por la aparición de las redes sociales, y es algo que se tiene que cuidar y potenciar, pero sin duda la gente, y más en estos momentos, lo que necesita es una relación directa, es poder hablar directamente con aquellas personas que les pueden representar en una institución como el Ajuntament. Para eso lo que hemos hecho, sin esperar a unos meses antes de las elecciones, es planificar la visita a todos los distritos y barrios de Palma. Ya hemos comenzado y quiero haber visitado cada uno de los barrios cuatro, cinco o seis veces antes de las elecciones para conseguir que haya una relación fluida. No solo para que los ciudadanos puedan conocer la figura de Jaime Martínez sino también para que nos trasladen preocupaciones, propuestas y ser la voz de mucha gente que en estos momentos está desvinculada de la política.

Ha declarado que decidió dar un paso adelante en la política porque los políticos se lo están poniendo muy difícil a los ciudadanos ...

—En efecto. En estos momentos ninguna de las instituciones de Balears está tendiendo la mano al ciudadano y eso lo padecemos todos, no solo a nivel personal, en materia de seguridad, limpieza, modelo de ciudad ..., sino también a nivel profesional. En este momento no se dan las circunstancias para estar contentos con las decisiones que se toman, basta ver todos los colectivos que alzan la voz por cuestiones ligadas o no a la pandemia.

La pandemia, no se puede obviar, ha afectado a todos los gobiernos

—La pandemia nos ha llevado a una situación muy complicada y también ya ha agravado lo que ocurría antes, es decir la pandemia no nos ha llevado a un gobierno municipal anti-turístico o a una situación en la que no se ha intentado potenciar el tejido empresarial de la ciudad. Eso se ha acentuado, pero ya llevábamos cinco años padeciendo unas políticas en las que se ha ido contra el turismo, contra el pequeño comercio y, en definitiva, en contra del ciudadano. La pandemia nos ha llevado al límite a muchos pero no hemos encontrado un Ajuntament que saliera al rescate de la gente, con ello me refiero a ayudas directas pero también a soluciones. No se puede hablar de ejes cívicos y no apuntalar todo el tejido empresarial.

¿Ahora que ha comenzado a tomar el pulso a la ciudad, qué ambiente ve que se respira en los barrios?

—De estas visitas, que han sido pocas todavía, lo primero que me llevo es que la gente tiene ganas de poder hablar con los políticos, de ser escuchada y de escuchar aunque sea un no, pero que haya una respuesta argumentada. Me he llevado la grata sorpresa de que el ciudadano tiene ganas de que le escuchen. Es generalizada la crítica de que Govern de la Gent está encerrado en sí mismo, encerrado en los pactos de multipartidos donde unos son prisioneros de otros y eso hace difícil explicar las cosas.

¿Qué mensaje o promesas está trasladando usted a los vecinos?

—El objetivo de estas visitas no es tanto presentar un programa como formarnos una idea de cuáles son las necesidades de los ciudadanos, escuchar a todo el mundo a fin de poder llegar a la conclusión de cuál es la mejor solución para la ciudad y eso es lo que conformará después el programa electoral.

¿Qué es lo que más le preocupa en estos momentos de Palma?

—Me preocupa la gestión municipal, que se cumpla con aspectos básicos como la seguridad, el mantenimiento y la limpieza, pero al margen de esto los últimos seis años nos han vendido un modelo de ciudad que todavía no existe. Nos hace falta tener claro qué modelo de ciudad queremos y que no sea improvisando, es importantísimo que la improvisación actual que vemos en Palma en materia de transporte, vivienda o urbanismo dé paso a la planificación.

¿Qué medidas del Pacte revertirá si llega a ser alcalde?

—Lo que tengo claro es que intentaremos que según qué desmanes no cuesten ni un euro más al ciudadano, no podemos cargar en la espalda del ciudadano según qué errores que se hayan cometido. En materia de movilidad, en concreto, en estos momentos se toman decisiones arbitrarias e inconexas, pero antes de decidir nada lo primero será hacer una auditoría importante sobre las acciones de movilidad de los últimos ocho años. Una cuestión como el cierre al tráfico de la plaza del Mercat, cuya reversión no costaría dinero y que el PP lleva tiempo reclamando, se revertirá.

¿Contará con todos los regidores actuales del PP en Cort ?

—Es muy pronto para hablar de listas, lo único que puedo decir es que tenemos seis concejales absolutamente comprometidos, que están realizando un trabajo magnífico.