El patriarca Carlos Cortés asegura que «vamos a luchar y llegaremos hasta donde haga falta».

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«Vamos a luchar y a llegar hasta donde haga falta para que se respeten los derechos de las familias que aún viven en Son Banya. Ninguna se marchará si el Ajuntament no les da una vivienda en propiedad a cambio de la que ahora tienen en el poblado». Así de tajante se muestra Carlos Cortés Rado ‘El Charly’, portavoz de los moradores del poblado, patriarca de los gitanos de Balears, presidente de Asociación Gao Caló e hijo de ‘tío Kiko’.

Las 85 familias que aún residen en el asentamiento, explica Cortés, rechazan la ayuda económica anunciada por el Ajuntament de Palma para las personas que lo necesiten a fin de poder continuar con el proceso de desmantelamiento del poblado, iniciado el año pasado.

La Regidoria de Cultura i Benestar Social calcula que las subvenciones y ayudas que podría ofrecer a las familias para abandonar Son Banya serían de entre 15.000 a 20.000 euros, en función de las características y necesidades de cada unidad. Entre ellas se contemplaba el alquiler social, facilitado por el propio Ajuntament.

«No se puede consentir que les den 15.000 euros y los dejen tirados, porque qué hacen con ese dinero, tienen apenas para unos meses de alquiler y luego qué», expone el portavoz de Son Banya. Insiste en que «haremos todas las manifestaciones y protestas que hagan falta y si hay que ponerse en huelga de hambre, pues lo haremos también. Gao Caló estará siempre del lado de los habitantes de Son Banya».

Cortés explica que hace unos diez días le envió una carta al alcalde de Palma, José Hila, «pidiéndole una reunión, pero la única respuesta que hemos recibido fue que ya nos llamarán».

Deja claro que «nosotros no queremos estar en guerra con nadie y nos ponemos a disposición del alcalde para lo que haga falta, pero queremos que se respeten los derechos de los propietarios de las casas del poblado». El asentamiento, recuerda, «lo pagaron los mallorquines para los gitanos de Mallorca».

Si el Consistorio no tiene viviendas suficientes para dárselas «pues que las haga, pero nosotros haremos todo lo posible por tener una vivienda digna; si no las familias no se irán».

Hace unos días, el equipo de gobierno municipal informó de que ha reanudado la segunda fase del desalojo del poblado y ha publicado el anuncio de licitación de las obras de demolición de los 95 albergues que aún quedan en Son Banya y donde viven esas 85 familias.

‘No las dejaremos pasar’

Pero ‘El Charly’ avisa: si llega el día en que aparecen las máquinas de nuevo para proseguir con los derribos de las construcciones y no se ha alcanzado un acuerdo con los moradores «nos plantaremos y si es necesario no las dejaremos pasar».

El área de Benestar Social estima que de las 85 familias, 68 necesitarán ayuda para encontrar una alternativa habitacional, ya sea con una vivienda o con ayuda económica.

Antes de todo ello, desde Cort se recuerda que deben iniciarse los procesos de las órdenes de desahucio pendientes, que se han visto suspendidos con motivo de la declaración del estado de alarma. Este trabajo legal se retomará a medida que se vaya reiniciando la actividad judicial.