Con una fotografía en las galerías de la Plaça Major reivindican «junto con otras entidades, la Zona Cero de Palma, un espacio que dinamice cultural y socialmente el corazón de Palma». | Orgull Llonguet

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Años antes de que el amarillo se asociara a algún tipo de connotación política el colectivo festivo de Palma Orgull Llonguet lo escogió como color identificativo. Otra de sus señas de identidad son los pañuelos que por Sant Sebastià sacan a la venta, con el fin de sufragar los gastos de la fiesta autogestionada que desde hace un par mallorquí de años, el 2014, vienen celebrando, y aquí tenemos el de la edición de 2020.

Para la fiesta patronal de Palma, que empieza en cuestión de un mes, Orgull Llonguet se ha inventado un lema que puede llevar a confusión, Ciutat per a qui la torra, recordando mucho a ese Ciutat per qui l’habita que varios colectivos cívicos de Palma estructuraron como respuesta a la turistización de la capital balear.

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Sobre el lema, Orgull Llonguet afirma con cierta ironía que «algunos creerán que es un homenaje a los pirómanos de los contenedores. Otros obsesionados con el color amarillo verán un claro sentido político, olvidando que vamos de amarillo desde el año 2014, y verán un mensaje subliminal de la voluntad de ceder Ciutat a qui(m) torra, ¡adiós Hila! Otros que utilizan la expresión coloquial creerán que Palma es para los pesados, bien, pues si es así, nos haremos pesados ​​hasta que Ciutat sea para quien la habita».

Asimismo, Orgull Llonguet pretende ensalzar la vida de barrio y el espíritu de pueblo que en Sant Sebastià se distribuye alrededor de las torradores, un elemento importante de la fiesta de Palma en la que las organizaciones como asociaciones de vecinos, o colectivos de distinta índole se hacen ver.

Lo hacen promocionándose con una fotografía en las galerías de la Plaça Major, reivindicando «junto con otras entidades, la Zona Cero de Palma, un espacio que dinamice cultural y socialmente el corazón de Palma».