Imagen de la representación en la Puerta del Sol por parte de los activistas de Greenpeace.

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Activistas de Greenpeace han simulado a primera hora un desastre climático en la Puerta del Sol, con restos de la DANA que azotó Madrid y Toledo hace unos meses para denunciar que «las empresas de combustibles fósiles destruyen el clima». La acción se produce en la víspera del inicio de la cumbre del clima COP 28. 'Desastre climático patrocinado por la industria fósil', es el mensaje que puede leerse en la pancarta que desplegaron los activistas, en la que podían verse además los logotipos de las principales empresas energéticas españolas. Junto a las pancartas desplegadas, la organización depositó restos de un coche achatarrado, bicicletas y muebles dañados, además de otros residuos que supuestamente dejó a su paso el temporal que afectó a Madrid y Toledo en septiembre.

«A pocas horas del inicio de la Cumbre mundial del Clima en Dubai, estos restos tienen que servir para no olvidar a esas personas, sus familias y todo el sufrimiento que podemos evitar si actuamos frente a la crisis climática provocada por los combustibles fósiles, que ya empieza a afectarnos», ha explicado la organización ecologista en una nota de prensa. Greenpeace ha advertido que «nunca antes los impactos del cambio climático habían sido tan evidentes en todo el planeta y, al mismo tiempo, los beneficios de las empresas petroleras y gasistas han batido récords históricos».

Las empresas energéticas siguen «invirtiendo la mayoría de su dinero en buscar y sacar más gas y petróleo que dañan el clima, el planeta y las personas». Ante esta situación, la organización invita a «salir a la calle» los días 2 y 3 de diciembre «para demandar al Gobierno mayor ambición climática». Greenpeace reclama a los estados, ante la COP28, «acordar un plan detallado de abandono de los combustibles fósiles rápido y justo, acabar con todas las subvenciones a los combustibles fósiles a más tardar en 2025 y asegurar que los que más contaminan financien la transición en los países empobrecidos que son los que menos han contribuido a la emergencia climática y más sufren sus impactos».