El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont testifica, por videoconferencia, ante un tribunal español. | Efe - Enric Fontcuberta

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El expresidente catalán Carles Puigdemont ha afirmado que ningún mosso d'esquadra le ha hecho de escolta tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, pese a que cree que tiene derecho a ello, y ha alegado que el sargento Lluís E., para quien la Fiscalía pide 4 años y medio de cárcel, le acompañó porque es un «patriota» y son amigos.

Así lo ha indicado Puigdemont, que ha testificado este viernes por videoconferencia desde Bélgica en el juicio de la Audiencia de Barcelona en el que la Fiscalía pide 6 años de cárcel y 27 de inhabilitación al exconseller Miquel Buch (JxCat) y 4 años y medio de cárcel y 23 de inhabilitación a Lluís E., al considerar que se le nombró asesor en Interior para que en 2018 siguiera ejerciendo, con fondos públicos, de escolta del expresidente tras el 155.

A preguntas del abogado de Lluís E. Gonzalo Boye, el mismo que representa al expresidente catalán, Puigdemont ha asegurado que es «amigo» del sargento, quien estaba en su servicio de escoltas en 2017, y que le «merece toda su confianza». Ha denunciado también que si está acusado en este juicio «es porque ha prestado un servicio muy grande al país, y por ninguna otra razón».

«Yo le he visto sufrir mucho, le he visto sacrificar su vida privada, incluso para poderme acompañar en momentos en los que las autoridades españolas negligían en su deber de hacer cumplir la ley que debe garantizar mi protección», ha afirmado Puigdemont, en su primera comparecencia ante la justicia española por una causa vinculada al procés tras abandonar España en octubre de 2017. En su declaración, a preguntas del teniente fiscal Pedro Ariche, Puigdemont también ha sostenido que pese a que Lluís E. y otros mossos acudían en ocasiones a su casa en Waterloo (Bélgica), «en ningún caso ninguno de ellos, ni un solo día» estaba ejerciendo «funciones oficiales en la Casa de la República».

«Hoy he venido al juzgado (de Bruselas) acompañado de dos personas también, personas fuertes. Los escoltas llevan armas, llevan chalecos antibalas, llevan porras extensivas y un permiso de las autoridades españolas para poder actuar. Y esto no ha pasado nunca, inclumpliendo las leyes vigentes», ha lamentado. En este sentido, ha recordado que el 22 de junio de 2018, al decaer el 155 al formarse el nuevo Govern presidido por Quim Torra, pidió que se le concedieran las prerrogativas que por ley les corresponden a los expresidentes de la Generalitat, entre ellas la de un servicio de escoltas, que no ha obtenido, ha indicado, porque el Ministerio de Interior lo impidió.

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En este sentido, ha señalado que el hecho de que el Ministerio de Interior no autorizara que se le prestara un servicio de escolta no motivó que se contratara a Lluís E. para desempeñar labores de seguridad: «De ninguna de las maneras», ha subrayado. Asimismo, ha afirmado que en sus constantes conversaciones y reuniones con miembros del Govern de la época, como el conseller Buch, se dedicaban a analizar la situación política, pero que no recuerda que hablaran sobre Lluís E..

De hecho, ha negado que interviniera a través de un amigo suyo, Albert Ballesta, que en la época era director territorial de Interior en Girona, para que en marzo de 2018 consiguiera una excedencia en los Mossos para Lluís E. para que le pudiera proteger. «De ninguna manera. Nunca he pedido que haya un servicio de protección que no sea el que prevé la ley y que todavía sigue sin cumplirse», ha denunciado.

Puigdemont ha resaltado que cuando Lluís E. le visitaba en Bélgica se quedaba en ocasiones a dormir en la casa de Waterloo: «Yo estaba contento de que me quisiera acompañar, como otros amigos, y así sigue siendo: tengo la casa abierta a amigos y a todos los patriotas que me ayudan», ha resaltado. En su escrito de acusación, la Fiscalía sostiene que Lluís E. ayudó a huir de España a Puigdemont el 29 de octubre de 2017, si bien el expresidente ha asegurado hoy que «en ningún momento» le pidió que le ayudara a eludir la acción de la justicia, porque cuando se fue todavía «no había ninguna petición de ningún órgano judicial español» en su contra.

También ha afirmado que le pareció un «muy buen nombramiento» el fichaje de Lluís E. como asesor de Buch, debido a sus capacidades y porque podía prestar un «muy buen servicio» al conseller. La comparecencia de Puigdemont, que se ha prolongado durante unos 40 minutos, era la primera ante un juzgado español por una causa del procés y ha sido bastante accidentada, ya que se ha tenido que posponer -con posibilidad de que se tuviera que suspender- debido a la ausencia de un intérprete de francés en la sala, requisito «imprescindible» para que las dos funcionarias de justicia que acompañaban al expresidente en el juzgado belga pudieran seguir la vista. Finalmente, tras casi dos horas de espera -en que el juicio ha avanzado con las periciales-, ha llegado una intérprete, lo que ha permitido celebrar el interrogatorio, no sin problemas con la traducción.

En el juicio también ha declarado como testigo la expareja de Lluis E., que ha explicado que viajaron varias veces junto a Puigdemont y su esposa y que acudían a actos políticos como público, y que cuando iban a visitarles a Waterloo se quedaban a dormir en la denominada «Casa de la República», aunque ha negado que el sargento hiciera labores de escolta del expresident, ya que solo iba a «ver a un amigo». El juicio proseguirá el próximo 13 de julio, con el interrogatorio a los acusados, antes de que las partes expongan sus informes y el caso quede visto para sentencia.