Las embarazadas constituyen uno de los colectivos con mayor riesgo de sufrir deshidratación. | Pixabay

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La especialista en Ginecología y Obstetricia Cristina Martínez Pancorbo, del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, advierte de que «las embarazadas deben evitar las actividades que eleven en exceso su temperatura corporal (hipertermia) ya que, si este aumento es prolongado, durante el primer trimestre de gestación puede provocar malformaciones fetales e incluso abortos espontáneos».

A colación de la ola de calor que se vive en España estos días, la doctora Martínez Pancorbo recuerda que las embarazadas constituyen uno de los colectivos con mayor riesgo de sufrir deshidratación. Los requerimientos de agua en mujeres embarazadas, añade, «se incrementan considerablemente para permitir el aumento de agua corporal y cubrir las mayores necesidades metabólicas del feto». Además, añade, «muchas gestantes experimentan una pérdida importante de líquido con los vómitos, lo que aumenta sus necesidades y por tanto el riesgo de sufrir deshidratación».

Así, «el mantenimiento de una hidratación adecuada puede ser importante para el bienestar fetal y para evitar el estreñimiento y las infecciones del tracto urinario recurrentes», apostilla la ginecóloga. El calor excesivo, prosigue, ayuda a que se dilaten los vasos sanguíneos, baje la tensión y aparezca mareo. Además «favorece la disminución del retorno venoso, provocada sobre todo por la compresión del útero sobre la pelvis lo que conlleva la aparición de edema o hinchazón en las manos, tobillos y pies».

Otro de los factores a tener en cuenta es que los cambios hormonales que se producen en el embarazo sensibilizan la piel y, con la exposición solar, pueden provocar manchas en la cara (cloasmas o melasmas) que, aunque en la mayoría de los casos desaparece tras el parto, se pueden intensificar ante un nuevo embarazo.

Ante los riesgos expuestos, la doctora Martínez Pancorbo aconseja beber agua y líquidos con frecuencia, evitando el alcohol, la cafeína o las bebidas muy azucaradas e ingerir alientos de digestión ligera de forma frecuente. En cuanto al sol, aconseja usar protectores solares de amplio espectro, evitar exponerse a las horas centrales del día, buscar lugares frescos o climatizados, usar ropa holgada y ligera que permita la transpiración y no practicar actividad física o deporte al aire libre en las horas de más calor; recordando que «para que el ejercicio sea beneficioso en el embarazo, este debe ser moderado y progresivo».

Por último, para evitar la hinchazón, la doctora recomienda no permanecer de pie mucho tiempo, mover las piernas y pies para estimular la circulación e intentar mantener las piernas elevadas, eludiendo el uso de ropa ajustada, realizar ejercicio físico moderado (caminar 20-30 minutos diarios) y beber mucha agua.

La especialista insiste en que, con las altas temperaturas que se esperan en estos días, ante la aparición en las embarazadas de signos de alerta de deshidratación (orina escasa y oscura, sed extrema, sequedad de boca y mucosas, tensión arterial baja, entre otros) o de un golpe de calor (respiración y pulso acelerados, fiebre, alucinaciones, convulsiones, piel caliente y enrojecida, irritabilidad, alteraciones del nivel de conciencia o desmayo), deben ponerse en contacto lo antes posible con el Servicio de Urgencias.