Isabel Medina durante su discurso en el cementerio de la Almudena. | Víctor Lerena

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Se llama Isabel Medina Peralta, tiene 18 años, estudia Historia en la Universidad Complutense de Madrid y se ha convertido en la nueva musa del fascismo español. Su discurso el pasado sábado ante más de 300 personas en el cementerio de la Almudena para rendir homenaje a la División Azul la ha convertido en el nuevo rostro de la extrema derecha.

Un discurso que la ha convertido en «influencer» del fascismo y que ha dado mucho que hablar en los últimos días. La Comunidad de Madrid ha solicitado a la Fiscalía que investigue la marcha y si hubo gritos antisemitas. El ministerio público ha incoado unas diligencias de oficio para investigar lo ocurrido donde Isabel Medina habló en su discurso del judío como «el enemigo» y el «culpable». Como indica el Código Penal «serán castigados con una pena de 1 a 4 años quienes publiquen, promuevan o inciten hostilidad, discriminación o violencia contra una persona por motivos racistas antisemitas u otros motivos ideológico», por tanto, podrían enfrentarse a una pena por delito de odio.

Medina ha explicado en una entrevista a La Razón que sus referentes son Hitler o a Primo de Rivera. «Me enamoré del fascismo y le he entregado mi vida. Tengo muy claro lo que quiero hacer en mi vida, mi misión en este mundo, y no me arrepiento ni un ápice. De hecho no sabía la repercusión que iba a tener, pero de haberlo sabido lo repetiría mil veces», señala la joven.

Marcha neonazi en homenaje a los caídos de la División Azul

La joven vive sola y ha contado que tiene una mala relación con sus padres, que ni siquiera le hablan. «Ha intentado por todos los medios que no fuese fascista, no quería bajo ningún concepto que siguiese esa ideología», afirma y cuenta que por ese motivo la echó de casa.

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En cuanto a los partidos políticos ha dicho que «odio más a Vox que a Podemos». Medina ha militado en la Falange de Manuel Andrino, una de las facciones en la que se ha dividido la formación a lo largo del tiempo desde la instauración de la democracia. También es miembro de un grupo neonazi llamado Bastión Frontal. La joven también forma parte del Sindicato Español Universitario (SEU) de la Universidad Complutense de Madrid.

A través de su perfil en Twitter se defiende de las críticas que está recibiendo desde que su discurso se hizo público.