Un técnico de laboratorio del Hospital Pío del Rio Hortega de Valladolid, analiza pruebas PCR. | Efe

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Sanidad ha garantizado que la próxima semana llegarán las mismas dosis que estaban previstas de la vacuna de Pfizer en un momento en que los contagios y la incidencia siguen disparados con una presión hospitalaria «muy alta» y sin expectativas de que se relaje en los próximos quince días.

Los números son de récord. 44.357 nuevos positivos y una incidencia acumulada de 795,65 casos por cada 100.000 habitantes, 59 puntos más que ayer, lo que triplica el nivel de riesgo extremo según los datos facilitados por el Ministerio, que ha informado de 404 fallecidos. El porcentaje de camas con enfermos covid es ya del 20,8 por ciento y del 36,2% en las UCI.

Pese a estas cifras, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha dicho que la incidencia sigue creciendo pero con aumentos cada vez más pequeños, lo que implica una «inflexión» que podría haberse iniciado ya.
No obstante, eso no se aprecia en la presión hospitalaria, que ha calificado como «muy alta» y en la que no se verá un descenso «hasta mediados de la semana que viene, si no más tarde». «Una de cada tres ucis están ocupadas por pacientes de covid y en algunas comunidades ese porcentaje es de una de cada dos», según Simón.

Es el caso de La Rioja, con el 60 %; seguida de la Comunidad Valenciana, con un 57,50 %; Cataluña, con el 47,6 % ; Melilla, con un 47 % ; Castilla-La Mancha, con el 46,4 %; y Madrid, con el 46 %.

Con los hospitales cada vez más al límite, Sanidad ha confiado en que el ritmo de vacunación se incremente en las próximas semanas cuando se reciban las nuevas vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento, como la de Oxford.

Mientras tanto, el Ministerio ha querido dejar claro que la próxima semana llegarán las mismas dosis que se vienen recibiendo hasta la fecha de la vacuna de Pfizer, esto es 351.000 que podrían llegar a ser 422.000 si se administran los seis viales que contiene cada dosis y no cinco como sucede en algunas regiones, que ya están«trabajando seriamente» para extraer ese sexto vial.

En rueda de prensa, el secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del SNS, Alfredo González, ha negado que Pfizer vaya a reducir en un 17% las dosis que suministra a nuestro país, sino que el«porcentaje es muy inferior» a esa cifra como ha pasado puntualmente ya en las dos últimas semanas.

Igualmente ha garantizado el suministro para las próximas cuatro semanas a la Comunidad de Madrid después de que esta haya suspendido el plan de vacunación a sanitarios de primera línea cuando aún le quedan 33.000 vacunas en stock, según ha cifrado González.
Lo que ocurre, ha explicado, es que ello se debe a que la comunidad ha priorizado la vacunación en residencias porque aún quedan personas en estos centros por vacunar.

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La vacuna ha sido noticia también porque se ha conocido que, tras la dimisión ayer del consejero de Sanidad de Murcia, Manuel Villegas, más políticos, alcaldes y directores gerentes de hospitales han aprovechado su cargo para saltarse los protocolos. Algunos ya han dimitido tras disculparse, como los directores de los centros médicos de Basurto y Santa María, en Bilbao.

Otros, en cambio, justifican su inmunización en que están en primera línea de la pandemia. Es el caso del consejero de Sanidad del Gobierno ceutí, Javier Guerrero (PP), que se resiste a dimitir.

«Soy personal sanitario de la Consejería de Salud Pública, la máxima autoridad de esa Consejería y trabajo en primera línea desde hace casi un año», ha defendido no sin antes asegurar que no era su intención vacunarse pero que hizo caso a sus técnicos, que pensaron en su «vulnerabilidad» por su «diabetes y tensión». PSOE y Vox exigen su cese.

Otro tanto ha ocurrido en Molina de Segura con su alcaldesa, la socialista Esther Clavero, quien ha justificado que lo hizo por prescripción médica al ser una paciente oncológica y con una alta exposición social, pero Podemos ha pedido su dimisión al recordarle que aún no es el turno de estos pacientes.

Pese a la impopularidad generada hacia ellos, Simón ha considerado que no administrar la segunda dosis a estas personas que se han inyectado la primera sin pertenecer a los grupos prioritarios sería caer en el error de cometer «dos fallos seguidos».

Otro político en la diana es el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pero por distinto motivo. Un día después de que descartara por el momento adelantar el toque de queda, han arreciado las críticas desde algunas de las comunidades más firmes partidarias del cambio tanto del PSOE como del PP, como las de Galicia y Andalucía, las cuales han llegando incluso a pedir este jueves a la población un confinamiento voluntario a partir de las 20 horas.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha tachado de «irresponsable» al Gobierno por el «error» de no dejar a las comunidades ampliar el toque de queda, una decisión por la que ya se están «pagando las consecuencias».

Mientras que en Andalucía, Juanma Moreno, ha dicho desconocer las razones de la negativa «porque no lo ha motivado» Illa y se ha preguntado: «Qué daño le hace al Gobierno de España permitirnos que limitemos la movilidad de los ciudadanos para evitar contagios?».
Pero la otra parte, Sanidad, considera que doblegar la tercera ola del covid-19 es posible con las restricciones que posibilita actualmente el estado de alarma, que siguen actualizándose cada día.

Entre ellas una vieja reivindicación de la Comunidad de Madrid, donde las farmacias y las clínicas dentales podrán hacer test de antígenos a partir de la semana del 1 de febrero, una medida que Simón ve «correcta».