El portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, interpela al presidente de la Generalitat, Quim Torra (i), este miércoles en el Parlament donde el gobierno catalán se somete a una nueva sesión de control en un clima de recelos mutuos entre JxCat y ERC por la estrategia a seguir ante la mesa de diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez. | Efe

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y ERC han escenificado este miércoles en el Parlament su ya más que explícito distanciamiento, con un cruce de agrios reproches y mutuos emplazamientos, en un bronco clima preelectoral. La crisis entre los dos socios del Govern, que estalló a finales de enero a raíz de la retirada de la condición de diputado de Torra, ha vuelto a reabrirse en público en el pleno de este miércoles.

Torra ha denunciado, en la sesión de control, los vínculos de miembros de la Junta Electoral Central (JEC) con el PP y Ciudadanos y ha propuesto que el Parlament plantee una «ley de una sindicatura electoral propia».

Tras tildar de «aberración ética y moral» los lazos de Andrés Betancor con Cs y de Carlos Vidal con el PP, que a su juicio ponen «bajo sospecha» todas las resoluciones de la JEC, incluida la que le retiró el escaño, Torra ha retado a Torrent a desdecirse de su decisión de acatar la pérdida de su condición de diputado. «Ahora que ya sabemos cómo se ha llegado a esta resolución y cómo estaban viciadas estas resoluciones, porque eran una persecución política contra el independentismo, le pido, presidente, en base a la votación del 4 de enero, que reconsidere la decisión de retirarme el escaño y pueda volver a tener todos los derechos como diputado de esta cámara», ha afirmado Torra dirigiéndose a Torrent.

Torrent no ha respondido a la petición y se ha limitado a dar la palabra al presidente del grupo de Ciudadanos, Carlos Carrizosa. Y aquí ha llegado el momento más bronco del pleno: Carrizosa ha llamado «okupa» al presidente catalán, que se ha negado a responder y ha acusado a Torrent de no salir en su defensa. «Usted es un okupa. Váyase a su casa de una vez, señor Torra, y desbloquee la política catalana», ha exclamado Carrizosa, después de acusar al president de aferrarse al cargo pese a no ser ya diputado.

En lugar de responder, Torra ha cogido el micrófono para culpar a Torrent de inhibirse: «Lamento mucho que en esta cámara se insulte impunemente y que usted no proteste. Me acaban de llamar okupa».

Torrent no ha recogido el guante lanzado por Torra y, sin hacer más comentarios, ha dado paso al siguiente punto del orden del día.

Minutos antes, ha sido el presidente del grupo de ERC, Sergi Sabrià, quien ha recriminado a JxCat los reproches a la mesa de diálogo en el acto del sábado en Perpiñán (Francia), en el que la eurodiputada de JxCat Clara Ponsatí tachó la mesa de «engañifa».

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Sabrià ha destacado que, el miércoles pasado, Torra «lideró la delegación catalana en la mesa» de diálogo, y solo tres días después «su espacio político menospreciaba públicamente esta herramienta, debilitando» así la «posición» de la Generalitat.

«No entendemos, president, cómo en un mismo espacio político se pueden sentar y defender la autodeterminación y la amnistía, pero unas pocas horas después se puede cargar con dureza y amargura» contra esa misma mesa, ha denunciado.

Tras reconocer su «sorpresa» por el tono utilizado por Sabrià, Torra ha evitado desmarcarse de Ponsatí: «A mí no me sobra nadie en el movimiento independentista».

Torra ha admitido su «escepticismo» en el diálogo con el Gobierno y ha pedido no acudir con candidez a esta negociación, en la que hay que intentar arrancar la «fecha del referéndum» soberanista.

Por su parte, la presidenta del grupo de Catalunya en Comú Podem, Jéssica Albiach, ha contrapuesto la utilidad de la mesa de gobiernos con el espacio de diálogo entre partidos catalanes: «Me gustaría pensar que esa mesa de diálogo en Cataluña no es una engañifa».
El líder del PSC, Miquel Iceta, ha dedicado su intervención a la lucha contra la discriminación machista y ha pedido a Torra que demuestre con «hechos y recursos» que es una prioridad del Govern.

Por su parte, el líder del PPC, Alejandro Fernández, ha centrado sus críticas en el decreto de vivienda del Govern, que dará más derechos «a los que pegan una patada a una puerta y entran».

En paralelo a las tensiones entre independentistas, se constata una sintonía entre ERC y comunes: hoy, el diputado de Catalunya en Comú Podem David Cid y el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, han aplaudido el ingreso de 72 millones de euros gracias al aumento del techo de gasto, que los republicanos avalaron en el Congreso.
«Escucho en el Parlament cómo se explican las políticas que se harán con 70 millones de euros, cuando se ha renunciado al pago de 440 millones de IVA», ha denunciado en Twitter la diputada de JxCat Gemma Geis, en alusión a una transferencia pendiente de IVA de 2017.

«Y se olvidan de decir que estos millones son de endeudamiento y que alguien los tendrá que devolver; nosotros, nuestros hijos o nuestros nietos. Dejarnos endeudar por 72 millones si nos deben 443 millones y pensar que tenemos que estar contentos es tomarnos por tontos», ha agregado el diputado de JxCat Ferran Roquer.