Panel luminoso circular en el que se lee 'Tiempo de Actuar', en la Cumbre del Clima (COP25) en Ifema, Madrid, a 12 de diciembre de 2019. | Europa Press

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El fracaso planea este sábado sobre la cumbre del clima que se celebra desde hace trece días y la frustración impera entre muchas delegaciones oficiales, ante la imposibilidad de sacar adelante un acuerdo ambicioso que alinee el compromiso político con las evidencias científicas y las demandas sociales.

La Presidencia chilena de la cumbre COP25 ha sido objeto este sábado de las críticas de una gran parte de los delegados que han intervenido para hacer balance en una sesión al inicio de esta jornada de prórroga, tras la que se debía celebrar poco después el plenario de cierre y dar carpetazo a los acuerdos, pero este se ha pospuesto durante el día en reiteras ocasiones.

Pero los más contundentes contra la Presidencia chilena han sido las organizaciones no gubernamentales, que han advertido hoy de que el último texto que se ha presentado retrotrae la negociación climática a tiempos anteriores al Acuerdo de París de 2015.

«Decepcionante» , «inaceptable», «débil», «injusto» y hasta «inmoral» son algunos de los adjetivos que los representantes de organizaciones conservacionistas y científicos han dedicado este sábado al texto que había presentado la Presidencia chilena.

Las distintas ambiciones climáticas, en el centro de la falta del acuerdo

Las principales diferencias que continúan separando a muchos países e impidiendo el acuerdo se centran en la ambición climática; algunos, liderados por la Unión Europea (UE), inciden en la importancia de que todos los Estados que se han sumado al Acuerdo de París revisen al alza el próximo año sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas).

Otros países, entre ellos Brasil, China y la India, prefieren ralentizar esas contribuciones al alza y dan una mayor prioridad a las revisiones de los compromisos financieros de las naciones más desarrolladas para contribuir a mitigar los efectos del cambio climático en las más vulnerables.

Distancia mucho a las partes todavía la regulación de los mercados de carbono (el artículo 6 del Acuerdo de París) y su ordenación en un sistema único y transparente que ordene el comercio de derechos de emisión de dióxido de carbono en todo el mundo.

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Persisten dos grandes escollos relacionados con los mercados de carbono: uno, el referido a la doble contabilidad que algunos países quieren evitar y, otro, el relativo a la transición de los remanentes de derechos de emisiones que algunos Estados conservan del Protocolo de Kioto y que pretenden mantener en la transición al Acuerdo de París.

Muchas de las partes presentes en la Conferencia defienden que se aparquen los asuntos más técnicos y sofisticados de esa regulación de los mercados de carbono hasta otra cita para no bloquear o impedir el acuerdo final, ya que esta falta de consenso no impide que el Acuerdo de París entre plenamente en vigor en 2020.

Algunos países han sido también muy críticos con la prioridad que concede el texto al informe científico sobre los océanos frente al del uso de la tierra; precisamente Chile, que preside esta cumbre, ha tenido desde el inicio un interés muy marcado por que ésta fuera la «COP Azul».

La inminente entrada en vigor del acuerdo de París

La COP25 ha cobrado una especial relevancia por tratarse de la última negociación climática mundial antes de la entrada en vigor del Acuerdo París, que compromete a los países a evitar que la temperatura del planeta crezca por encima de 1,5 grados en este siglo para evitar los efectos más catastróficos del calentamiento.

La Presidencia chilena ha expresado su confianza en que la cumbre apruebe este sábado un texto final que introduzca el objetivo de combatir con «más ambición» la emergencia climática, en respuesta a la demanda expresada por varias partes en el plenario de la conferencia.

El responsable de la delegación chilena, Andrés Landerretche, compareció en una rueda de prensa esta tarde, horas antes de la celebración del plenario con el que la cumbre tendría que poner fin a sus reuniones tras trece días de actividades y negociaciones en Madrid, aunque las horas fijadas para ese plenario final han sufrido constantes aplazamientos desde este viernes.

El coordinador chileno ha reiterado hoy que espera que todas las partes apoyen en el próximo plenario ese documento que, según ha explicado, trata de luchar con «más ambición» contra el cambio climático.