El presidente de Vox, Santiago Abascal. | ALBERTO CUÉLLAR/VOX

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El líder de Vox, Santiago Abascal, ha reconocido este martes que no se dedica a la política como «servicio público», sino que la ve como algo «inevitable» que tiene que ejercer para defender sus valores, a sí mismo y a su familia. De hecho, ha confesado que le gustaría estar ejerciendo otras profesiones, como por ejemplo la de «guardabosques» y estar «persiguiendo bichos», pero se ve obligado a un «activismo político» con el que defender principios que cree «en riesgo».

Abascal ha hecho estas afirmaciones durante un coloquio mantenido este martes con el profesor de ética y filosofía Miguel Ángel Quintana Paz, organizado por The Objetive, donde se ha definido como un hombre marcado por la historia vivió junto a su familia en el País Vasco y «comprometido con la idea de la unidad de España y la defensa de las libertades».

Durante la charla ha citado la obra de algunos autores, pero ha avisado de que no tiene tanto tiempo para leer como le gustaría y como sí podía hacer cuando estudiaba en la universidad. «Yo no soy un intelectual como Bardem, soy un activista», ha bromeado.

El líder de Vox ha explicado que ve la política como algo «inevitable» para defender los valores que aprendió en su casa. «Yo no acudo a la política con la grandilocuencia de quienes dicen que es un servicio público. Yo estoy en política para defenderme a mí mismo, a mi familia, los valores que he visto en mi casa y que están en riesgo», ha reconocido.

«Yo preferiría estar haciendo otra cosa. Haciendo de guardabosques, persiguiendo bichos, y asistir a la política desde la barrera sabiendo que las cosas esenciales están garantizadas», ha continuado. Pese a este deseo, es un «activista político» porque no comparte la teoría de Jean-Jacques Rousseau de que el hombre es bueno por naturaleza.

Esta misma visión es la que le hace defender las fronteras. «¿Cómo podríamos si no garantizar a nuestros hijos su legado?», ha preguntado. Abascal ha defendido así que España es «propiedad privada de los españoles» y estos pueden por tanto decidir «quién entra, quién no y en qué condiciones».

Sin embargo, ha puntualizado que esto no quiere decir que España se encierre en sí misma porque «ha demostrado que es una nación tolerante y abierta». De hecho, ha defendido que España «está muy lejos del racismo» e incluso «como imperio es el único que se preguntó por la legitimidad de lo que estaba haciendo. «Llegó a la conclusión de que hay que darles lo mejor que tenemos, que en ese momento era la fe», ha explicado sobre ese momento histórico.

El líder de Vox ha reflexionado sobre el concepto de patria, que ve como algo «natural del alma humana». A su juicio, es similar al amor a la familia. «Lo extraño es querer más a la madre del vecino que a tu propia madre», ha apuntado.

Por el mismo motivo rechaza «el globalismo» de las «élites minoritarias» que cree que promueve «el multiculturalismo, la ideología de género y el cambio climático». Frente a esto, apuesta por la supervivencia de «las patrias».