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Un hombre de 44 años que sufrió un ictus y que permaneció cinco horas sin atención en la sala de espera del Hospital de Antequera ha fallecido este viernes en el Hospital Carlos Haya de Málaga, según ha indicado a Efe el letrado que representa a la familia, Francisco Damián Vázquez.

La familia ha autorizado la donación de órganos y solicitarán «una autopsia judicial, toda vez que existe un procedimiento penal en marcha para depurar las correspondientes responsabilidades».

El hombre fue trasladado al Hospital Carlos Haya de la capital debido a la gravedad del cuadro que presentaba y allí fue intervenido de urgencia e ingresó en la UCI, donde se mantuvo en una situación crítica, en coma inducido.

Los familiares han denunciado al Hospital de Antequera y en la denuncia, a la que ha tenido acceso Efe, se explica que el hombre se sintió indispuesto mientras estaba en su puesto de trabajo, por lo que acudió a una farmacia para tomarse la tensión y allí le aconsejaron que acudiera al hospital.

En la denuncia se mantiene que estuvo «más de cinco horas infartado por un ictus cerebral sin que nadie se hubiera dado cuenta, ni se le prestara ninguna atención médica o se controlara adecuadamente».

El hombre ingresó el 11 de enero de 2018 sobre las 12.00 horas y se quejaba de fuerte dolor de cabeza, desorientación y tensión alta, se explica en la denuncia presentada por Vázquez.

Los facultativos le hicieron varias pruebas, como analítica, electrocardiograma, tras lo cual le indicaron que permaneciera en la sala de espera de urgencias hasta tener los resultados.

Al no recibir noticias, los familiares se preocuparon, ya que no atendía ni llamadas ni mensajes, por lo que llamaron a su trabajo para ver si había regresado y le indican que no.

Entonces llamaron al hospital y les dijeron que el paciente se había dado a la «fuga» o había abandonado urgencias y que no sabían nada de él, por lo que éstos siguieron la búsqueda y acudieron al domicilio, donde tampoco estaba.

«Desesperados por la situación», según la denuncia, los hermanos decidieron acercarse al hospital, donde otros pacientes les informaron de que su hermano había estado varias horas en la sala de espera, sin atención médica, «como adormilado».

Al parecer sobre las 17:30 horas, un testigo que había en la sala de espera avisó a un celador, que comprobó su nombre en la pulsera que portaba.

Tras conocer el caso, la consejera de Salud, Marina Álvarez, aseguró ayer en Jaén que se están planteando introducir modificaciones en algunos de los protocolos de las urgencias de los hospitales andaluces para evitar que se repitan casos de este tipo.