El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (i), momentos antes de la reunión que han mantenido en el Congreso, durante la ronda de contactos con vistas a intentar la investidura. | Juan Carlos Hidalgo

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El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, ha asegurado este miércoles que quiere gobernar y tiene interés en ir a una investidura si se lo pide el Rey, pero ha advertido de que si tiene la certeza de que no prosperaría, abriría un periodo de reflexión con otros partidos para ver qué salida se da a la situación.

«Yo quiero gobernar, tomar decisiones, quiero mojarme, tengo muy claro lo que voy a hacer, voy a seguir dando la batalla para tratar de convencer a quien quiera dejarse convencer. Yo estoy dispuesto a mojarme y gobernar sean cuales sean las circunstancias», ha subrayado.

Rajoy ha expuesto esta posición en su comparecencia ante los periodistas tras terminar con una reunión en el Congreso con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, la ronda de consultas que ha mantenido con los dirigentes de otros partidos para sondear posibles apoyos a su investidura.

El jefe del Ejecutivo en funciones ha reconocido que Sánchez le ha trasladado que los socialistas votarían no a su hipotética investidura, pero sigue confiando en que pueda prosperar tras los contactos que prevé mantener próximamente. Pedro Sánchez ha sugerido a Rajoy que busque apoyos en sus partidos afines.

Ante ellos, ha informado de que ha entregado en mano a Sánchez y ha enviado a los dirigentes de otros partidos un programa con una propuesta de gobierno «moderada y abierta al diálogo y a los pactos» para que pueda comenzar la legislatura y lograr un gobierno estable.

Una propuesta que ha explicado que está fundamentada en los valores constitucionales y en el consenso del proyecto europeo.

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Para Rajoy, lo que urge a España es que haya un gobierno que pueda gobernar, ya que interpreta que sería un «disparate» que el país se viera abocado a unas terceras elecciones.

A su juicio, es posible que a finales de julio o más bien a primeros de agosto España tuviera ya ese gobierno presidido por él para afrontar decisiones inmediatas como el techo de gasto o los presupuestos del Estado para el próximo año.

Por eso ha insistido en su disposición a ir a la investidura, aunque al preguntarle si acudiría a la misma consciente de que no va a recabar los apoyos necesarios, Mariano Rajoy ha dicho que si tuviera esa certeza abriría una reflexión con el resto de grupos para buscar una salida.

Ante la posibilidad de que hubiera ahora una investidura fallida y el PSOE pudiera cambiar de posición en una segunda vuelta que se celebrara en septiembre, se ha preguntado qué se puede hacer en agosto que no se pueda hacer a lo largo de estos días.

De cara a la legislatura ha expuesto una serie de objetivos entre los que está el mantenimiento de la recuperación económica y la creación de empleo y, en ese sentido, ha defendido «preservar los efectos de las reformas y continuar con consenso esa agenda reformista».

Rajoy ha remitido a los socialistas ante la posibilidad de que finalmente se abstengan para facilitar su investidura y ha recalcado que él, de momento, se queda con el «no» que le ha trasladado hoy Sánchez aunque «todos -ha dicho- podemos cambiar de opinión en nuestra vida».

Sí ha admitido que es «muy difícil» que le pida un acuerdo de investidura a una fuerza política como CDC que tiene planteamientos contrarios a la Constitución como es la apuesta por la independencia de Cataluña.