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El cadáver del sacerdote Miguel Pajares ha sido incinerado en el crematorio de Villaba cumpliendo los protocolos de seguridad recogidos en el decreto 124/1997 de Sanidad Mortuoria de la Comunidad de Madrid, según han informado fuentes de la Consejería de Sanidad.

El cadáver de Pajares salió del Hospital Carlos III-La Paz para proceder a su incineración sobre las 14 horas de este martes y el traslado corrió a cargo de personal de una empresa funeraria, que procedió a mover el cadáver cumpliendo también dichos protocolos.

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Según el decreto, el cuerpo de Pajares se establece como cadáver de grupo 1 los que comprenden personas cuya causa de defunción represente «un riesgo sanitario tanto de tipo profesional para el personal funerario como para el conjunto de la población», según normas y criterios fijados por la Administración Pública.

El decreto también establece que los féretros deben tener una serie de características para este tipo de casos. Así, el receptáculo debe ser estanco para proceder a su traslado y en su interior debe contener material absorbente y deberá estar provisto de un dispositivo depurador para equilibrar la presión interior y exterior.

Por su parte, el Hospital de La Paz-Carlos III ha emitido un comunicado en el que confirmaba la muerte del religioso que se ha producido por complicaciones derivadas del virus del ébola.