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La proyectada reforma de la ley del aborto en España, que Mariano Rajoy defendió como «equilibrada», pero muy criticada por la oposición, devuelve al país a una normativa más común en América Latina y más alejada de la Unión Europea.

El Ejecutivo de Rajoy aprobó hace ocho días un anteproyecto que restringe el aborto legal a los casos de violación de la mujer y riesgo para su salud física o psíquica que, de ser aprobado por el Legislativo, aboliría la ley de plazos en vigor desde 2010.

Su impulsor, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, defendió en una entrevista de este viernes que se trata de la ley «más avanzada y progresista» de su Gobierno y se mostró convencido de que «tendrá continuidad» en otros países.

En cambio, para el líder de la oposición, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, se pretende «cambiar una ley europea por una ley de la extrema derecha europea». «De una ley que sólo en Europa aplaude el señor Le Pen (Jean-Marie, líder ultraderechista francés) se puede decir de todo menos que es progresista», ha dicho Pérez Rubalcaba.

En Francia, la proyectada reforma en España fue calificada por la ministra francesa de Derechos de las Mujeres y portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, como «un retroceso».

Buena parte de los Estados de la UE permiten a las mujeres abortar sin tener que esgrimir motivo alguno hasta un determinado momento de la gestación y, fuera de ese plazo, en ciertos supuestos como malformación del feto o riesgo para la madre.

El plazo legal más extendido es el de 24 semanas, aunque también hay países, como Francia, Austria, Bélgica, Dinamarca o Italia que, en algunos supuestos, permiten la interrupción del embarazo sin límite temporal.

En Europa, sólo Malta y Andorra consideran ilegal el aborto en todos los casos, mientras que Polonia, el Reino Unido, Finlandia e Irlanda lo restringen a determinados supuestos.

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En Irlanda, de hecho, dentro de cinco días entra en vigor una nueva ley que establece el riesgo para la salud de la madre como única causa legal para abortar y define claramente los casos de peligro, incluyendo entre ellos la amenaza de suicidio.

El cambio de normativa irlandesa se produjo tras la consternación nacional que causó la muerte, en octubre de 2012, de una embarazada con septicemia a la que los médicos se negaron a interrumpir el embarazo.

Holanda y Suecia tienen las legislaciones más permisivas de la Unión Europea, con aborto libre durante las primeras 24 y 18 semanas de gestación, respectivamente.

Fuera de Europa, naciones como Canadá, EEUU, Australia, Rusia o China disponen igualmente de legislaciones permisivas, mientras que en América Latina y África la norma general son leyes restrictivas que penalizan el aborto.

En América Latina el aborto es ilegal en todos los casos en Chile, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Haití, Surinam y la República Dominicana, y es libre, dentro de unos plazos, en Cuba, Uruguay y el distrito federal de México.

En el resto de países latinoamericanos, el aborto está despenalizado en determinadas circunstancias: Guatemala, Perú, Venezuela, Ecuador y Bolivia lo permiten sólo cuando pone en peligro la salud de la madre, y Brasil en esos casos y los de anencefalia (feto sin cerebro).

Colombia añade cualquier malformación grave del feto y los casos de violación, incesto o inseminación artificial no consentida, mientras Panamá y Argentina lo prevén en los supuestos de violación y riesgo para la salud de la madre, en línea con el borrador legal aprobado por el Gobierno español.

De hecho, la reforma promovida por Rajoy reduce los supuestos de aborto legal que preveía la ley aplicada en España entre 1985 y 2010, y que incluía también la malformación del feto, aunque dentro del gobernante Partido Popular no hay consenso total sobre esta exclusión.