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La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) visitarán España a partir del martes para revisar la reforma del sector bancario, en una visita que incluirá reuniones con las autoridades y con responsables de entidades financieras. La misión, que será la tercera de este tipo, servirá para evaluar los progresos en las reformas que el Gobierno español pactó con sus socios europeos a cambio del préstamo concedido para sanear el sector financiero.

En su última revisión del programa de asistencia, llevada a cabo en febrero, Bruselas consideró que la reestructuración de la banca española avanzaba «a buen ritmo» e instaba al Gobierno a mantener la vigilancia y trabajar en varios ámbitos. Entre ellos, destacaba la puesta en marcha de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) -conocida como el «banco malo»- y la consolidación fiscal.

Diez días

En esta ocasión, la misión de los inspectores de la CE y el BCE será más larga de lo habitual, dado que tienen previsto realizar visitas a varios bancos, además de las habituales reuniones con representantes de las administraciones públicas, según han explicado fuentes comunitarias. Se espera que la misión permanezca en España alrededor de diez días, frente a los cinco que duró la visita anterior.

Las conclusiones de los técnicos estarán listas en junio, según el FMI, que tiene previsto publicar su análisis alrededor del día 3. La institución con sede en Washington se limita en el caso español a prestar asistencia técnica a las autoridades europeas, pues no participa directamente en el programa de asistencia financiera, que difiere en este punto de los rescates de otros países europeos.

Aún así, el FMI se comprometió a supervisar de forma independiente las reformas financieras españolas. El plan de asistencia financiera a España, aprobado en julio de 2012 por los países de la zona euro, puso a disposición de España una línea de crédito de 100.000 millones de euros a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), de los que se han utilizado unos 40.000 millones.