La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. | Julio Mu

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La secretaria general del PP ha asegurado hoy que el Gobierno no aceptará nada que desvirtúe el tronco de la reforma laboral, que es la incentivación de las contrataciones, y ha considerado que la respuesta de la sociedad a la convocatoria de manifestaciones en su contra «no fue ni mucho menos mayoritaria».

Así lo ha manifestado De Cospedal en las entrevistas que ha concedido esta mañana a seis medios de comunicación -Telecinco, Onda Cero, Cadena SER, COPE, TVE y Antena 3- en las que ha dejado claro que, aunque el Gobierno «obviamente tiene que tomar nota de todo», no modificará el núcleo esencial de la reforma destinado a las contrataciones.

«El cuerpo de la reforma tiene que mantenerse en su espíritu», ha recalcado la secretaria general del PP quien ha añadido que las negociaciones le corresponden al Gobierno y a la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, que serán los que determinen «hasta qué punto se puede matizar» la norma sin que sea «contraria» a su espíritu.

De Cospedal ha mostrado su «sorpresa» por que dirigentes socialistas, como Carme Chacón, Soraya Rodríguez o Valeriano Gómez que, según ha dicho, «nos han llevado a esta situación» fueran los «abanderados» de las manifestaciones celebradas ayer en contra de la reforma y que fueron convocadas por UGT y CCOO.

Ha recalcado que el Gobierno tiene «un mandato reformista» que los electores respaldaron hace tres meses en las urnas y ha invitado a los sindicatos a reflexionar sobre el seguimiento a su convocatoria.

La secretaria general del PP ha hecho hincapié en que los sindicatos y los empresarios han estado «años» negociando la reforma sin llegar a un acuerdo y ha dicho que el Gobierno tenía que hacer una «auténtica renovación» en el mercado de trabajo y «actuar con responsabilidad», aunque «no sea lo más popular».

Ha negado que exista una campaña del PP contra los sindicatos, tal y como apuntó este fin de semana el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

«No hay nada más falso», ha asegurado De Cospedal, quien ha agregado que «hasta ahora» no se han defendido los derechos de los parados porque «han seguido creciendo con la legislación que teníamos».

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Preguntada por si los sueldos de los líderes sindicales deben ser transparentes, ha recordado que fue la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la que, a raíz de una pregunta de una periodista, contestó el pasado viernes en ese sentido. «No es una campaña en contra de nadie», ha apostillado.

Sobre si cree que los sindicatos no defienden a los parados, ha respondido que los intereses de los desempleados los defienden quienes desarrollan normativas laborales que incentivan la contratación y ha asegurado que «hasta ahora, los que tenían que incentivar la contratación no lo han hecho».

Respecto al derecho de huelga, ha aclarado que su reforma no es una prioridad para el Ejecutivo en estos momentos, aunque ha añadido que lleva sin regularse desde hace 25 años y es la gran asignatura pendiente de la legislación laboral.

Sindicatos

Por su parte, los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, han enviado un mensaje al Gobierno para decirle que todavía está a tiempo de rectificar la reforma laboral que ha aprobado.

En rueda de prensa para presentar la constitución de la Plataforma Social para la defensa del Estado de bienestar, ambos líderes han subrayado que las manifestaciones de ayer en contra de la reforma laboral han sido las más importantes de la democracia.

Toxo espera que el Ejecutivo «lea bien» el mensaje de lo que ocurrió en 57 ciudades españolas y «evite» al país la escalada de movilizaciones que puede producirse si mantiene el «sostenerla y no enmendarla».

Por ello, ha sugerido al Gobierno que durante su trámite parlamentario abra en paralelo una mesa de negociación con patronal y sindicatos para llevarlo después como enmienda al Congreso.

Para Méndez, las multitudinarias manifestaciones de ayer reflejan un doble sentimiento por parte de la opinión pública: el de la inseguridad que tienen los ciudadanos, pero no su resignación, «la gente quiere participar y coprotagonizar un modelo de lucha contra la crisis más justo y equilibrado», ha sentenciado.