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El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, ha señalado hoy que su «más íntimo deseo» es que su sucesor, Mariano Rajoy, «tenga una tarea que sea buena para España» e, incluso dudando de su utilidad, ha esperado que surta efecto su reforma laboral: «Ojalá acierte».

Entrevistado en ABC Punto Radio, ha reconocido que una de las asignaturas pendientes que tiene España es la modernización de la estructura del mercado laboral, pero ha dudado de que ello se logre con nuevas reformas legislativas.

«El PP lo va a intentar, ojalá acierte», ha apuntado no obstante.

Según ha afirmado, ha sido un empeño personal que el traspaso de poderes fuera «ejemplar», convencido de que en una situación tan difícil como la actual es fundamental la seriedad institucional del país.

Ha destacado el diálogo fluido que ha mantenido con Rajoy, con quien ha recuperado la confianza y con quien tiene una relación «buena y positiva": «Le deseo que tenga una tarea que sea buena para España, es mi más íntimo deseo», ha manifestado.

Otro proceso que también debe concluir el nuevo Gobierno del PP será la reestructuración del sistema financiero.

Preguntado sobre si se ha sentido engañado por el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, al basarse en sus análisis para elogiar en público la salud de la banca española, Zapatero ha recordado que el sistema española «ha resistido mejor» que el de otros países europeos.

Ha hecho además hincapié en la independencia del Banco de España y ha señalado que su relación con Fernández Ordóñez es «normal, buena».

También ha repasado sus errores y ha reconocido que no volvería a repetir en el Parlamento frases como la de que «el concepto de nación es discutido y discutible», aunque se trata de una afirmación que no generaría ningún problema en un aula universitaria.

Se ha arrepentido de nuevo además de haber vaticinado que se acercaba el fin del terrorismo en la víspera del atentado de la T4, pero ha sostenido que no mintió al negar que los contactos con ETA continuaron después de esa bomba.

En aquel momento, ha apuntado, el Gobierno debía ser cauto y decir que se estaba negociando habría supuesto dar una «baza» a la banda terrorista.

Zapatero no ha querido criticar al presidente del PSE, Jesús Eguiguren, por revelar en un libro detalles de la negociación con ETA y le ha mostrado su respeto «por el empeño que ha puesto y lo mal que lo ha pasado intentando» que acabara el terrorismo.

Zapatero ha sido tajante al asegurar que nunca autorizó ni fue consultado en el presunto chivatazo a ETA que se investiga en el «caso Faisán».

Sobre el «caso Campeón», ha asegurado que tiene «plena confianza» en José Blanco, aunque también ha dicho que debe ser «lo suficientemente prudente» porque hay una investigación judicial en marcha.

Preguntado sobre si Blanco debería dejar su escaño si es imputado, ha apostado por no adelantar acontecimientos.

Y ha restado importancia al hecho de que el todavía portavoz del Gobierno se reuniera con un empresario en una gasolinera al considerar que el lugar de un encuentro «no añade nada».