Los mediadores (de izquierda a derecha) Gerry Adams, Gro Harlem Brutland, Bertie Ahern, Kofi Annan, Pierre Joxe and Jonathan Powell, durante la rueda de prensa en la que han anunciado las conclusiones de la conferencia internacional para el fin de ETA. | VINCENT WEST

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Las personalidades internacionales que presidieron ayer en San Sebastián la conferencia sobre el final del terrorismo han reclamado a ETA que declare el «cese definitivo» de la violencia y han apoyado que negocie con el Gobierno las «consecuencias del conflicto», una alusión a los presos y el desarme.
La conferencia impulsada por Lokarri y otras cinco organizaciones internacionales dedicadas a la resolución de conflictos concluyó con una esperada declaración, que leyó el exprimer ministro de Irlanda Bertie Ahern.
En esta declaración piden a ETA que deje definitivamente su «actividad armada», pero le atribuyen el papel de negociar con los Gobiernos español y francés las denominadas «consecuencias del conflicto», una terminología con la que habitualmente se alude a cuestiones relacionadas con los presos de la organización terrorista y con el desarme.
Más de 50 personas
En la reunión participaron representantes de todos los partidos vascos, excepto el PP y UPyD, sindicatos e incluso la patronal vasca Confebask, hasta sumar más de 50 personas, que expresaron sus puntos de vista en las tres horas que duró el cónclave en el antiguo Palacio de Aiete de San Sebastián, la que fue residencia estival de Francisco Franco.
Las conclusiones piden a España y Francia que «den la bienvenida» y acepten el hipotético ofrecimiento de ETA para negociar «exclusivamente» en torno a las llamadas «consecuencias del conflicto», una vez declarado el final «definitivo» de la «actividad armada».
También piden que se adopten «pasos profundos para avanzar en la reconciliación, reconocer, compensar y asistir a todas las víctimas, reconocer el dolor causado y ayudar a sanar las heridas personales y sociales».
Los «facilitadores» internacionales sugieren a los partidos vascos que discutan las cuestiones políticas, «con consulta a la ciudadanía», lo que podría «contribuir a una nueva era sin conflicto», al tiempo que se muestran dispuestos a «organizar un comité de seguimiento de estas recomendaciones».