El presidente del PP, Mariano Rajoy, durante el acto de campaña electoral celebrado en Valladolid, en apoyo a los candidatos a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y a la Alcaldía de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva. | Efe

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El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que la victoria de su partido en las elecciones autonómicas y municipales de dentro de una semana marcará «el principio de una nueva era».

Sin citar la palabra «encuesta» o «sondeo», Rajoy ha sido hoy en Valladolid muy explícito para referirse a las tendencias de los estudios que publican distintos medios de comunicación con un balance prácticamente idéntico: el PP ganará holgadamente los comicios, incluso conquistará territorios socialistas de siempre, y el PSOE experimentará un revés considerable.

Ante unas 3.000 personas, ha afirmado lo siguiente: «Ellos -los socialistas- quieren minimizar la derrota, nosotros maximizar la esperanza; ellos son el fin de un ciclo, nosotros representamos el principio de una nueva era; ellos se encierran en sus filas y nosotros abrimos las nuestras, las abrimos a todos los que quieran compartir un proyecto para toda España».

Las encuestas han llevado a los dirigentes socialistas a hacer un llamamiento a los potenciales abstencionistas a que no se dejen llevar por la apatía y vayan a votar el domingo que viene, pero en el PP creen, según han destacado fuentes de la dirección, que esas proclamas no darán ningún resultado.

Las mismas fuentes ven al electorado socialista generalmente «muy desmovilizado», y por ello, ni el recurso del «miedo a la derecha» que han planteado los mandatarios del PSOE, ni la exposición de los peligros que acarrearía una victoria aplastante del PP, lograrán cambiar la impresión de esos abstencionistas.

Tampoco las apariciones públicas de José María Aznar o de Jaime Mayor Oreja harán virar lo que las citadas fuentes del Partido Popular consideran muy arraigado ya.

La estrategia del PP en la semana que queda de campaña, y en particular la de Rajoy, consistirá en evitar los errores verbales, los deslices en las declaraciones o los anuncios inoportunos; en suma, todo aquello que pueda «dar argumentos al adversario», han recalcado las fuentes.

Se trata, en estas elecciones del 22-M, de repetir en las comunidades que ya gobierna y de arrebatar al PSOE las suyas tradicionales, y para tal objetivo, antes incluso que el de la llegada a La Moncloa, Rajoy insiste en cada mitin, cada día, que la prioridad de todo el partido es la recuperación económica y la creación de puestos de trabajo.

El líder de los populares ofrece una imagen del PP instalado en «la concordia y en la unidad», que mira hacia adelante, que piensa en el futuro, que sabe cómo gestionar la economía, que sabrá crear empleo y que devolverá a España al lugar que merece en la UE y en el mundo. En definitiva, que regresará «el milagro español» gracias al PP.

Rajoy también da una imagen de la campaña electoral que habla de «juego limpio» y de «la mirada larga», así como de propuestas y de pedagogía, para poner distancia con la del PSOE, que ha tildado de incidir en la «división», «la discordia» y «el golpe bajo».

«Nosotros estamos en la gestión de los asuntos que importan a los españoles, en la unidad y en la concordia; estamos en la mirada larga y nos sentimos orgullosos de nuestra marca, de nuestras siglas y de todos los candidatos», ha resumido.

Rajoy se ha permitido la licencia de proponer una reforma electoral por la que, en campaña, «se prohíba insultar».

Castilla y León es un territorio clave en el que, no obstante, los populares creen que volverán a ganar.

En ese sentido, el líder nacional del PP ha defendido la gestión del presidente y candidato a la reelección, Juan Vicente Herrera, gracias a cuyo trabajo la comunidad resiste con más entereza los efectos de la crisis. «Donde hay Gobiernos regionales que hacen las cosas bien se alivian los efectos de las políticas de Zapatero», ha destacado.

También ha alabado la gestión del alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva.