La delegada del Gobierno en Madrid, Amparo Valcarce, asegura que la seguridad de todos los presos está garantizada. | Efe - Gustavo Cuevas

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Un grupo de presos españoles ha emprendido en el último mes una campaña de acoso a internos musulmanes en el Centro Penitenciario Madrid III de Valdemoro. Desde el pasado día 15 se han registrado varias peleas, amenazas y agresiones e incluso el cabecilla de este grupo de tendencias xenófobas llegó a acuchillar en el cuello y la cara a uno de los presos de religión islámica, según denuncia el sindicato de funcionarios de prisiones Acaip.

«A por ellos, vamos a matarlos a todos», gritaba el pasado 15 de enero un preso español mientras agredía a un recluso musulmán. Instantes después otros cuatro compañeros se sumaron a la paliza, que requirió el traslado al hospital del agredido. Además, otros internos musulmanes que acudieron en ayuda de su compañero corrieron la misma suerte, terminando tres de ellos en el hospital ante la imposibilidad de curarles en la enfermería del centro, según explica Acaip a través de un comunicado.

Batalla campal

Este primer incidente derivó en una batalla campal en el patio de la prisión en la que se rompieron sillas y mesas hasta que intervinieron los funcionarios de prisiones para separar a los dos grupos.

No obstante, el enfrentamiento tuvo una segunda parte cuando, a su salida de un periodo de aislamiento, uno de los cabecillas de las revueltas provocó un incidente de mayor gravedad. Según el sindicato, nada más salir al patio, sin mediar palabra y armado con un cuchillo carcelario, el cabecilla de los españoles, comenzó a dar cuchilladas a otro interno musulmán, provocándole heridas inciso contusas en la cara y en el cuello que fueron curadas en la enfermería del centro.

Según la nota, este preso ya había agredido a otro, de color y musulmán, en presencia del director del centro. En aquella ocasión casi le provoca la perdida de un ojo al clavarle un bolígrafo en la zona ocular.

El sindicato Acaip sostiene que la dirección del centro posee diversos informes de funcionarios advirtiendo de «la peligrosidad que supone tener a ese grupo tan cerrado y compacto en un patio para el resto de internos». El pasado domingo uno de sus integrantes advirtió: «No vamos a parar hasta cargarnos al moro».