Los miembros del Ejecutivo mostraron ayer el aislamiento al que se ve sometido en el Congreso tras adoptar de forma unilateral el plan de ajuste económico. | Efe

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El Gobierno logró aprobar ayer en el Congreso el decreto de ajuste fiscal, gracias sobre todo a la abstención de CiU y con la mayoría de la oposición en contra, una soledad parlamentaria que el Ejecutivo admitió y se comprometió a buscar más consenso para próximas medidas. El pleno del Congreso, que reunió a sus 350 diputados, convalidó por sólo un voto este decreto que contempla, entre otras medidas, la rebaja salarial de los funcionarios, la congelación de las pensiones y la eliminación del cheque bebé.
Los 169 diputados del PSOE votaron a favor de esta norma, que contó con 168 votos en contra -PP (153), PNV (6), IU-ERC-ICV (5), BNG (2), Nafarroa Bai (1) y UPyD (1)- y trece abstenciones, las de CiU (10), Coalición Canaria (2) y UPN (1). Fuentes del Ejecutivo admitieron que se ha quedado solo en el Congreso y que tiene que reconstruir los apoyos parlamentarios que ahora no tiene.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, destacó que adoptar estas medidas ha sido una «responsabilidad» del Ejecutivo para afianzar la recuperación económica y mantener la estabilidad monetaria en la UE y criticó que el PP haya adoptado una posición «muy poco responsable y europea». Durante su intervención, dijo que son medidas «urgentes» e «imprescindibles» y reconoció el «gran esfuerzo» que representará para algunos colectivos como los pensionistas y los empleados públicos.
Fracaso
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que las medidas son «el fracaso de toda la política» del Ejecutivo, «no sólo la económica», al tiempo que argumentó su voto en contra en que su partido no puede contribuir a que «el principal problema de la economía española», Zapatero, continúe en el cargo: «El PP no contribuirá con su voto, señor Zapatero, a que usted siga ahí». Dijo que el decreto ley es «injusto e insuficiente», que no genera empleo ni riqueza, rompe los acuerdos del Pacto de Toledo y se ha hecho sin hablar con nadie. El portavoz del PNV, Pedro Azpiazu, señaló que «los débiles no pueden ser los primeros» en pagar la crisis, tras la política «errática, confusa y equivocada» de Zapatero.