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La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) acordó ayer unirse a la alianza liderada por la asturiana Cajastur, lo que dará lugar a la tercera caja de España, tras La Caixa y Caja Madrid, y al quinto grupo financiero español. La entidad alicantina, que buscaba socio desde hace meses acuciada por el Banco de España, se ha decidido así por el Sistema Institucional de Protección (SIP) de Cajastur, que engloba también a Caja Cantabria y Caja Extremadura, ya que le permitirá controlar el 40% del grupo resultante, en pie de igualdad con la entidad asturiana.
El SIP, conocido como «fusión fría», se está convirtiendo en el principal modelo utilizado en la reestructuración del sector de cajas porque permite mantener independiente la personalidad jurídica de cada miembro, sus órganos de gobierno, su red de oficinas y su marca propia, lo que salva los problemas políticos que generaría una integración. En cambio, esta fórmula obliga a poner en común las políticas de riesgos, tesorería, calificación crediticia, control interno y requerimientos regulatorios.
La CAM había entrado en negociaciones para crear un SIP con la BBK, que finalmente no ha prosperado por la ambición de la caja vasca de controlar el grupo. Con la decisión de la caja alicantina, Cajastur se convierte en una de las entidades que está liderando la reordenación del sector financiero, ya que se hizo con Caja Castilla La Mancha (CCM).