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El ministro de Fomento, José Blanco, señaló ayer, en referencia a la pensión que cobrará el ex consejero delegado del BBV, José Ignacio Goirigolzarri, que «este tipo» de «indemnizaciones» debería tener «una fiscalidad mayor».

El consejero delegado del BBVA, de 55 años, dejará el cargo por jubilación anticipada, con una pensión anual que rondará los 3 millones de euros brutos anuales.

Para el pago de esta cantidad, que será vitalicia, el banco tiene provisionados 52'49 millones de euros, que garantizan la pensión anual, que no se completará con ningún tipo de indemnización por cese, ya que abandona el banco «de mutuo acuerdo».

Los grupos minoritarios del Congreso criticaron la «pensión», y mientras CiU cree que es «un mal ejemplo en tiempos de crisis», IU considera que es un «escándalo», y UPyD la califica de «obscenidad».

La vicepresidenta económica, Elena Salgado, subrayó que se trata de una decisión empresarial que atañe a los accionistas del BBVA, si bien matizó que opinar sobre si es oportuna o no en la crisis sería una consideración «ética» sobre la que «ya saben cuál es la opinión del Gobierno».

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, coincidió en que se trata de una decisión de una entidad privada, pero agregó que espera que desde el BBVA «nunca nos den consejos para que congelemos las pensiones de 800 euros o abaratemos el despido; es lo único que les pido: que no nos den consejos».

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, dijo que es «muy complicado de explicar» que «con la que está cayendo se produzcan jubilaciones de este tenor».