TW
0

El presidente del PP, Mariano Rajoy, distinguió ayer el caso de Benidorm, donde su partido -recordó- gobierna con mayoría absoluta, de otros en los que el PSOE acusa al PP de hacerse con la Alcaldía con la ayuda de tránsfugas.

En declaraciones a RNE, Rajoy insistió en que «algo huele a podrido en Benidorm», donde los ediles del PSOE (entre ellos la madre de Leyre Pajín, Maite Iraola) presentaron una moción de censura con el apoyo de un tránsfuga del PP.

«Detrás de eso se empieza a hablar de temas urbanísticos, de personas que son propietarias de medios de comunicación», señaló Rajoy, y agregó que su partido intentará averiguar los «enjuagues» que han llevado a la presentación de la moción de censura en este municipio alicantino.

Rajoy consideró «verdaderamente sorprendente» que la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, dé la orden de que la moción no se presente y ninguno de los ediles socialistas le haga caso.

Por su parte, el president de la Generalitat, Francisco Camps, reivindicó que «la distancia política» entre la moción de censura presentada la semana pasada en Benidorm y las que han prosperado en Villajoyosa y Denia esta legislatura, e incluso la de Benidorm de 1991, es «prácticamente el infinito».

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que el PSOE cumple siempre, y también en el caso de Benidorm, el Pacto Antitransfuguismo, y que le sorprende que el PP, «con una larga trayectoria de incumplimientos» de ese acuerdo, esté ahora todo el día pidiendo explicaciones.