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El Gobierno basó su decisión de cese definitivamente la actividad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) el 6 de julio de 2013 en 14 puntos, entre los que destaca el «cambio estructural» en el sector energético y la apuesta del Ejecutivo por incrementar la participación de fuentes renovables en la generación eléctrica, así como para hacer compatible el desmantelamiento con la disponibilidad de un Almacén Temporal Centralizado.

La ubicación de dicho almacén, en el que se puedan almacenar los residuos de alta actividad y el combustible gastado en Garoña lleva más o menos un año de retraso. Su instalación es indispensable para iniciar las tareas de desmantelamiento de la central.

Por su parte, la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, dijo ayer en relación a la decisión del Gobierno de cerrar Garoña en el 2013 que el presidente Zapatero lo ha hecho pensando en «las futuras generaciones» y en coherencia con el programa electoral y «la palabra dada».

Programa electoral
Pajín, que participó ayer en la inauguración de la Escuela de Verano de la Fundación Jaime Vera (Madrid), aseguró que con esta decisión el presidente ha pensado «en preparar un país que camine con paso firme por la apuesta de las energías alternativas, y que no dependa tanto de la energía nuclear». La dirigente socialista añadió que se trata de convertir a España «en una potencia de energías alternativas, para cumplir con el programa electoral y con la palabra empeñada ante los ciudadanos».

Además, consideró que se trata de una decisión «equilibrada» y la que «más conviene al país y a los trabajadores de la central», ya que otorga tiempo suficiente para generar un plan de desarrollo económico en la zona.

Insistió en que se trata de una decisión «coherente» y «una forma de entender la nueva economía por la que el PSOE apuesta», pensada en las generaciones que nacerán cuando Garoña ya esté cerrada.