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AGENCIAS Los concesionarios de automóviles temer que a partir de hoy se inicie una 'guerra entre autonomías' por la venta de coches. Desde hoy los fabricantes de coches empezarán a facilitar las ayudas de 1.000 euros por vehículo y el Gobierno central sumará 500 euros a la cifra. Hay otros 500 euros, los de la discordia, que aportarán algunas comunidades autónomas, otras no.

Los concesionarios advierten que se comprarán coches por internet o se viajará a la comunidad vecina, que probablemente aplicará los 500 euros del tramo autonómico.

El secretario general de ERC, Joan Ridao, acusó ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de «deslealtad» hacia las comunidades autónomas al no dotarlas de recursos para «cumplir» con sus competencias y le reclamó que si el Estado tiene recursos «adicionales» los destine a la financiación de Catalunya.

Ridao apuntó que «si el Estado tiene recursos adicionales para dotar un nuevo plan Prever o un ordenador para cada alumno, debería destinar estos recursos a un tema más estructural, como es el futuro modelo de financiación de Catalunya». Según Ridao la «precipitación» de Zapatero ha hecho «derrapar» el plan para el sector del automóvil ya que no se negoció con las autonomías.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios de Automoción de Balears (Aseda), Miquel Pastor, expresó su malestar tras conocer que el Govern ha decidido aplazar la decisión sobre si se sumará a esta medida.

Pastor expresó su confianza en que Balears acceda a aportar los 500 euros por vehículo, al entender que el sector de la automoción se está viendo muy perjudicado por la crisis, de manera que la medida del Gobierno central para dinamizar la venta de vehículos resulta «muy necesaria», si bien, al mismo tiempo, reconoce que (la medida) ha nacido de manera «improvisada» y «sin el consenso oportuno».

Ello no significa, aclaró Pastor, que si finalmente Balears no aporta la ayuda se creará malestar entre los vendedores y fabricantes de vehículos. Además, añadió, la decisión se recibiría con «mucha extrañeza», porque cualquier medida encaminada a impulsar la economía, aunque sea desde un sector específico como la automoción, debería ser acogida.