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OTR/PRESS-SAN SEBASTIÀN ETA intentaba cazar a los agentes en pleno trabajo para provocar una auténtica matanza. La banda terrorista colocó dos bombas trampa en los accesos al repetidor del monte Santa Bárbara en la localidad guipuzcoana de Hernani, donde la pasada madrugada ETA hizo estallar sin previo aviso otro artefacto, un cebo que tan solo provocó daños materiales. Las dos bombas trampa, que estaban ocultas en sendas mochilas dotadas de cables ocultos en el camino para activarse cuando los agentes tropezaran, fueron desactivadas por los artificieros de la Ertzaintza. El primero de los artefactos encontrados compuesta por 10 kilos de explosivo y dos de metralla, mientras que el segundo contenía cuatro kilos de amonitol.

En total 14 kilos de explosivos con los que ETA cuyo objetivo eran los agentes que acudieron a la zona tras la explosión de la pasada madrugada. Ante estas sospechas, y pese a que la explosión tuvo lugar sobre la una de la mañana, la policía vasca decidió retrasar las labores de inspección del lugar del atentado hasta que hubiese luz.

A primera hora de la mañana de ayer agentes de la Ertzaintza se desplazaron al lugar de los hechos, donde había varios carteles en los que podía leerse 'Kontuz, bonba ETA (Cuidado, bomba ETA)', y comprobaron que sus sospechas eran ciertas: ETA les había colocado dos trampas en el acceso al repetidor de Santa Bárbara. Ambas contaban «con un dispositivo de activación similar, basado en un cable oculto entre la hierba que debía provocar la explosión cuando algún agente tropezara con él», según apuntó la Consejería vasca de Interior.

La alcaldesa no condena
La que, una vez más, se negó a condenar esta matanza frustrada de ETA fue la alcaldesa de Hernani, Marian Beitialarrangoitia de la ilegalizada ANV, que se limitó a señalar que izquierda abertzale quiere «un futuro en el que todas las expresiones de violencia se superen y no ocurran hechos como los de esta noche» y a manifestar su deseo de «superar todas las expresiones de violencia, incluido lo sucedido esta noche».

El discurso de siempre que motivó que el resto de fuerzas políticas vascas reclamaran a la izquierda radical abertzale valentía para dar un paso adelante contra la violencia de ETA.