El ex secretario general de CC OO, José María Fidalgo (d), saluda al que le releva en el cargo, Ignacio Fernández Toxo, durante la celebración del IX Congreso Confederal de CC OO que se clausuró ayer. Foto: FERNANDO ALVARADO/EFE

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OTR/EFE-MADRID

En su primera intervención pública como nuevo secretario general de Comisiones Obreras Ignacio Fernández Toxo advirtió al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero que el sindicato estará «en primera línea, en la empresa y en la calle si es necesario» para defender los derechos de los trabajadores. Además, criticó la propuesta del Gobierno par el Salario Mínimo Profesional (SMI), denunció la injusticia aprobada en Consejo de Ministros sobre el reagrupamiento familiar de los inmigrantes, demandó al Ministerio de Trabajo más vigilancia y control sobre los ERE's y criticó la falta de previsión del Ejecutivo frente a la crisis.

El nuevo secretario general de CCOO cerró ayer el IX Congreso Confederal considerando un «pírrico incremento» el que el Gobierno quiere aplicar en 2009 al salario mínimo interprofesional (SMI), que ha propuesto elevar el 3,5 por ciento, con lo que pasaría de los 600 actuales a 621 euros al mes. Al respecto, emplazó a Zapatero a que «cumpla su compromiso» con los sindicatos de revalorizar el SMI al 60 por ciento de los salarios medios que se negocien.

Tampoco eludió los calificativos al referirse a la reforma que el viernes aprobó el Consejo de Ministros de la Ley de Extranjería, que acota las reagrupaciones familiares de los extranjeros y eleva a 60 días la estancia máxima en un centro de internamiento. En su opinión, no se puede «tolerar la injusticia» que el Gobierno ha cometido, por lo que dijo que no le «gusta», ya que da «una de cal y una de arena» a los «millones» de inmigrantes que han venido a España a tratar de mejorar su situación.

Al Ministerio de Trabajo le exigió un «mayor control» sobre los expedientes de regulación, «sobre todo de los oportunistas, que pretenden aprovechar la marea de la crisis». No obstante, dijo sobre sus relaciones con el Gobierno que «no veo grandes sobresaltos, ni cambios», y puso como ejemplo el que le han llamado para felicitarle Zapatero, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Industria, Miguel Sebastián.