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El asesinato de un ex concejal socialista en el País Vasco, que fue atribuido a ETA, no debería tener un impacto significativo en las elecciones del domingo, en las que los socialistas en el poder son favoritos, dijeron varios expertos. El atentado «no tendrá ninguna influencia muy importante», afirmó el sociólogo y experto en opinión pública Fermín Bouza, que añadió que «todo atentado en principio tiende a favorecer el partido que gobierna porque la gente tiende a arropar al gobierno». La regla suele cumplirse «excepto en un caso», que fueron los atentados islamistas del 11 de marzo de 2004, cometido tres días antes de los comicios generales.

Ese atentado precipitó la victoria por sorpresa del candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, frente a los conservadores en el poder, que los sondeos daban como favoritos.

Los votantes penalizaron entonces «la mala gestión que hizo el gobierno», que se empeñó en atribuir los atentados a ETA cuando todos los indicios convergían hacia un movimiento islamista radical, por temor a un voto de castigo por el envío de tropas españolas a Irak, explicó.

«El hecho de que (la víctima) haya sido un (ex) concejal socialista podría darle algún voto más al PSOE», consideró Bouza.
Para el presidente del instituto de sondeos Sigma Dos, Carlos Malo de Molina, es difícil evaluar en caliente el impacto. Este atentado seguramente va a suscitar en la opinión pública un sentimiento de «frustración», a priori perjudicial para el gobierno socialista, frente a una violencia sin fin de ETA y la continua ausencia de solución para «el conflicto vasco», estimó Malo de Molina.

Podría «hacer daño al gobierno» socialista en las elecciones del 9 de marzo, según el responsable de Sigma Dos. El frustrado proceso de negociación con ETA es de cara al público el principal fracaso de la pasada legislatura de Zapatero, que había situado la búsqueda de una salida negociada al «conflicto vasco» como una «prioridad» de su mandato.