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EUROPA PRESS-BARCELONA
El secretario general de CDC, Artur Mas, propuso ayer sustituir lo que fue la lucha por la autonomía y el autogobierno por parte de los catalanistas de hace más de un siglo por el «derecho a decidir» en el catalanismo del siglo XXI. Mas explicó ante unas 3.500 miembros de la sociedad civil su proyecto de refundar el catalanismo insistiendo en que el derecho a decidir de la sociedad catalana «se debe aplicar progresivamente sin más límites que la propia evolución democrática de la sociedad» y para superar la actual «situación de dependencia».

Según él, «el catalanismo no da hoy respuestas suficientes para aglutinar una mayoría compacta de catalanes», algo contra lo que hay que luchar reelaborando las bases del catalanismo en base a la construcción de una Catalunya «plena, puntera, global y consciente de sus derechos nacionales».

Para el líder convergente, si los catalanistas lograron la autonomía de Catalunya hace años, ahora el objetivo es «procurar que los temas llamados nacionales, aquellos que van en la línea de la mayor libertad de Catalunya, sean asumidos, defendidos y reclamados por una mayoría firme y sólida de los catalanes».

Mas exigió que el derecho a decidir se aplique sobre los temas «que más unen a los catalanes, y no sobre los que más los dividen», apostando por mayorías cualificadas o reforzadas para dar a la decisión legitimidad y para no dividir la sociedad en dos mitades.

Estatut
Como primer tema a consultar, propuso el Estatut si el Tribunal Constitucional (TC) lo recorta, seguido de las infraestructuras y el concierto económico. Para él, los catatalanes tienen derecho a decidir sobre los aeropuertos que quieren, cómo se deben gestionar, cómo debe ser la red de carreteras o qué prioridades debe tener la red ferroviaria. Pero también sobre la administración de los propios recursos económicos. Sobre el Estatut propuso formar un gobierno de unidad si el TC rechaza el texto aprobado en referéndum por los catalanes.

El consenso será, según Mas, la fuerza que tendrá Catalunya para conseguir lo que se proponga, porque la «pedagogía» con el Estado no sirve, como se ha podido comprobar en los últimos 30 años. «Hemos hecho desde el catalanismo pedagogía para parar un tren y, si me permitís la ironía, ya veis que el tren no llega en justa correspondencia», constató.