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El presidente del PP, Mariano Rajoy, precisó ayer que uno de los objetivos de la proclamada reforma de la Ley Electoral que promulga en los últimos días. A juicio del líder de los populares «quien no llegue al 30 por ciento de los votos no debería poder gobernar» para evitar así que «se unan seis partidos y ocupen todas las instituciones». La propuesta de Rajoy obtuvo una virulenta respuesta por parte de PNV y ERC, que le acusaron de «vulneración de las reglas del juego democrático», mientras que el PSOE se limitó a señalar que con una ley así «destrozaría» gobiernos en los que el PP participa.

Durante una entrevista a Radio Intereconomía, Rajoy consideró que lo que no puede ocurrir es que «con un 47 por ciento de los votos, quede uno fuera de todas las instituciones, que se unan seis partidos y ocupen todas las instituciones». «Es una falta de respeto a la democracia», proclamó el presidente del PP, en clara referencia al caso de Balears, donde un pacto del PSOE con UM y el Bloc per Mallorca dejó fuera del Gobierno autonómico a los populares. Un caso que Rajoy definió como «sangrante» y «burla a la democracia»

Rajoy señaló que todavía está por definir en qué términos será redactada la reforma de la Ley Electoral y si hay o no una segunda vuelta, pero sí dejó claro que «quien no llegue al 30 por ciento de los votos no debería poder gobernar». Así, consideró que, tras 30 años de democracia, «ha llegado el momento de cambiar». Además, dijo que todavía no ha hablado con los dirigentes del PSOE sobre esta reforma, pero que a tenor de sus declaraciones «se oponen radicalmente» porque han sido «los grandes beneficiados».