Marian Betialarrangoitia, Iban Maia, Zuriñe Zorrozua y Javier Zabalo, dirigentes de ANV, ayer en rueda de prensa.

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El Gobierno no se reunió con ETA durante la campaña electoral y los contactos quedaron finiquitados tras el atentado de la T4 de Barajas. Así lo aseguró ayer la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, que, preguntada por las informaciones publicadas ayer por el diario «Gara», negó cualquier tipo de contacto con la banda terrorista cuyo único final posible es su disolución. «Lo único que queda de la dictadura es ETA, que es la última pesadilla del franquismo», afirmó de la Vega en relación con el XXX aniversario de las primeras elecciones; algo a lo que también se refirió el líder del PP, Mariano Rajoy, que coincidió con De la Vega en que «el peor problema por resolver» para los demócratas es el del terrorismo, e insistió en que para lograrlo habría que volver con urgencia al Pacto Antiterrorista.

«Ninguno, absolutamente ninguno». Con esta contundencia respondió De la Vega al ser preguntada si el Gobierno había tenido contactos con ETA desde el atentado del 30 de diciembre en la T4 de Barajas en el que murieron dos personas. La vicepresidenta, que no quiso hacer comentarios al ser preguntada si durante el mes de mayo alguien, en nombre del Gobierno había tenido contactos con la banda terrorista, se limitó a decir que a «esas informaciones que están saliendo en un medio de comunicación, el Gobierno no comenta nunca este tipo de informaciones».

«Gara» aseguraba que, Gobierno-ETA, por un lado, y Batasuna-PSOE, por otro, mantuvieron negociaciones simultáneas durante la campaña electoral. «Los encuentros tuvieron lugar los pasados días 14, 15 y 16 de mayo -con una última cita entre las delegaciones de los partidos el día 21- en una ciudad europea», afirma la información. Estos encuentros, que habrían contado con la presencia de «cualificados observadores internacionales», serían «el último intento para desbloquear el proceso».