Miembros de la Guardia Civil detienen a Otegi en su casa de Elgoibar. Foto: JAVIER ECHEZARRETA/EFE

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El fiscal Fernando Burgos retiró anoche la acusación contra el portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi, para el que pedía quince meses de cárcel por enaltecimiento del terrorismo en el homenaje a la etarra Olaia Castresana, lo que obliga al tribunal que le juzgó esta tarde a absolverle al no haber otra parte acusadora. «Nada tiene este tribunal contra usted. Queda usted en libertad», le dijo a Otegi el presidente del tribunal, Fernando Bermúdez de la Fuente, al concluir el juicio, del que no se dictará sentencia al no haberse mantenido la acusación. Otegi, que compareció ante el tribunal tras ser detenido esta tarde después de que anunciara su imposibilidad de asistir esta mañana a la vista a causa del temporal de nieve, comenzó a ser juzgado a las 20.15 horas y aceptó contestar a las preguntas del fiscal, lo que le llevó una media hora.

A preguntas de Burgos, el portavoz de Batasuna negó haber enaltecido a ETA y explicó que en el entierro de esa etarra -muerta al manipular una bomba-, que se celebró el 31 de julio de 2001 en el cementerio de Polloe (San Sebastián), se limitó a reivindicar el derecho a la autodeterminación y reclamar la solución al conflicto en el País Vasco «en términos democráticos». En su informe final tras retirar la acusación, el fiscal expuso que no puede haber un delito de enaltecimiento y que la actuación del portavoz de Batasuna, por aquel entonces parlamentario vasco, en el entierro de la etarra «no desborda lo que es una opinión, que puede resultar deplorable, deleznable o irritante», pero en ningún caso, subrayó, supone un delito.

Otegi, quien sólo respondió al fiscal, ya que su abogada, Jone Goiricelaia, declinó interrogarle, negó con un rotundo «en absoluto» haber enaltecido a ETA y aseguró no recordar haber visto en esas exequias símbolos de la organización terrorista como una bandera con el anagrama de la banda encima del féretro de Castresana. En cualquier caso, añadió, en otros entierros «he portado féretros con la bandera socialista y de UGT» y «no por ello» tendría que comulgar con las ideas que propugnan. Al negar el enaltecimiento del terrorismo, manifestó que «nuestro anhelo no es hacer ese tipo de exaltación sino proponer una solución política que desemboque en un escenario en el que los vascos puedan vivir en paz y en democracia». Destacó que su «pensamiento» y el de la «izquierda abertzale» es plantear «con claridad» el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco, un derecho que recordó está reconocido por la legislación internacional y que el Rey defendió para el pueblo saharaui en su reciente visita a Argelia. Insistió en que los objetivos de la autodeterminación son compartidos «por la mayoría sindical y social» de Euskadi, al igual que la creación de un Estado independiente y citó a partidos como Aralar y EA como defensores de esas ideas. Respecto a las palabras que pronunció en el entierro explicó que no tuvo intención en ningún momento de «alabar la militancia en una determinada dirección y de una determinada persona», aunque señaló que la muerte «es una tragedia en cualquier circunstancia y de cualquier persona».