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EUROPA PRESS-SANTIAGO
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presidió ayer la llegada de los restos mortales de la soldado Idoia Rodríguez Buján, la soldado lucense fallecida el pasado miércoles en Afganistán en atentado terrorista, en una ceremonia emotiva y sencilla que comenzó media hora después de que el avión que trasladaba los restos mortales de la soldado aterrizara en el Aeropuerto de Lavacolla, en Santiago de Compostela.

Unos minutos antes de que el féretro fuera trasladado desde el aparato por militares de la Brilat, descendieron del avión cuatro compañeros procedentes de Afganistán, entre los que se encontraba el también militar y compañero sentimental de la soldado gallega fallecida. El joven se abrazó con varios familiares, saludó a Zapatero y a las demás autoridades y se fundió en un abrazo con la madre de la soldado fallecida, hasta la llegada al lugar de la ceremonia de los restos mortales de Idoia Rodríguez.

Media hora después de que aterrizase en el área militar del aeródromo a las 03.18 horas el avión Boeing 707 de la Fuerza Aérea, procedente de la Base de Herat (Afganistán), descendió el féretro y fue portado a hombros por compañeros de la base de la Brigada Ligera de Infantería Aerotransportable (Brilat) de Figueirido (Pontevedra), mientras la banda de música del cuerpo tocaba la marcha fúnebre.

No obstante, la madre de la fallecida, Consuelo Buján, vestida de riguroso luto y visiblemente emocionada desde el inicio del acto, que siguió sentada al encontrarse indispuesta, no puedo contener la emoción ante el féretro de su hija y se desmayó, por lo que fue trasladada por su marido, el novio de la fallecida y otros familiares a la ambulancia militar que se encontraba en la zona para ser atendida.

Un grupo de familiares que esperaban junto a las autoridades militares y civiles la llegada de los restos mortales de la soldado lucense de 23 años de edad se abrazaron al féretro, cubierto con una bandera española, tras ser depositado por sus compañeros de filas, después de recorrer un tramo de la alfombra roja hasta donde se encontraba la familia y amigos.

Tras la ceremonia, se trasladó el féretro con los restos mortales de la soldado gallega a una zona privada para ser reconocida por sus familiares en presencia de un juez militar. Tras concluir la solemne ceremonia, las autoridades civiles y militares abandonaron la zona habilitada.

Decenas de personas se despidieron de la soldado Idoia Rodríguez antes de recibir hoy sepultura.