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El Gobierno insistió ayer en apelar a la «serenidad» y la «prudencia» en el proceso de diálogo con ETA, tras los actos de violencia callejera registrados en el País Vasco durante el fin de semana, que Batasuna enmarcó en un «proceso político convulso y de transición».

Moraleda aseguró que, como ya afirmó la pasada semana el presidente del Gobierno, en el proceso de paz «no estamos ni mejor ni peor que antes del verano». Por el contrario, el portavoz de la ilegalizada Batasuna, Pernando Barrena, advirtió de que el proceso de paz en el País Vasco está «en crisis» y «en situación de bloqueo» por culpa de la actitud del Gobierno que, a su juicio, utiliza «maniobras dilatorias» para no poner en marcha la llamada mesa de partidos. Junto al parlamentario norirlandés del Sinn Fein Alex Maskey, Barrena insistió en que «lo que está en juego es el esquema del proceso» y emplazó al Ejecutivo y al PSOE a que «definan su posición».

El líder del PP, Mariano Rajoy, acusó al Gobierno de tener una «agenda oculta» en el proceso de diálogo con ETA, porque -afirmó- «ante lo que pasa no dice nada, está callado y no responde».

El Ejecutivo se pronunció ayer sobre el repunte de la violencia callejera a través del secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, quien insistió en que «la paz necesita tiempo».

Preguntado por los actos de violencia callejera, el portavoz de la extinta Batasuna los enmarcó en un «proceso político convulso y de transición» en el que, en su opinión, «lo nuevo no acaba de nacer y lo viejo no acaba de morir».