Rajoy y Zapatero, durante la entrevista que ayer mantuvieron en La Moncloa para analizar el alto el fuego etarra.

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El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, celebraron ayer la primera reunión de la que, según anunciaron, será una serie de citas ligadas al 'alto el fuego' de ETA y a un posible reencuentro de los dos partidos mayoritarios en materia antiterrorista.

El tono positivo de esta cita en La Moncloa intentó transmitirse desde sus inicios. A su término, tras dos horas y media, ambos comparecieron ante los periodistas en la sala de prensa que se utiliza tras los Consejos de Ministros para dar cuenta de una conversación que podría poner fin a meses de distancia.

Así, Zapatero y Rajoy coincidieron en la necesidad de verificar si la banda tiene o no intención de abandonar definitivamente las armas, pero mostraron diferencias a la hora de valorar la utilidad actual del 'Acuerdo por las Libertades'.

Tras la entrevista, Zapatero subrayó que había transmitido a Rajoy que atendiendo a la «naturaleza y la trascendencia para los intereses generales» del proceso abierto tras el alto el fuego permanente de ETA, el «diálogo fundamental y la información esencial» debe producirse «directa y exclusivamente» entre ambos.

Previamente, Rajoy había señalado ante los medios de comunicación que el de ayer sería el primero de sus encuentros con el jefe del Ejecutivo para hablar de la tregua -«hemos quedado en tener conversaciones, esta es la primera, para ver cómo se producen los acontecimientos«-, y que había pedido también una reunión de la comisión de seguimiento del Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo.

Según Rajoy, ése debe ser el lugar de encuentro entre 'populares' y socialistas para tratar temas que atañan a la estrategia antiterrorista.

Zapatero aseveró estar abierto a «alguna reunión» de dicha Comisión, pero dio a entender que éste no es el cauce al insistir en que lo «conveniente y útil» es que la responsabilidad de la comunicación la lleven personalmente el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición. «Es lo que los ciudadanos esperan», enfatizó.

Sobre si cabe algún tipo negociación en Euskadi en torno a reformas estatutarias antes de que se produzca el anuncio de disolución de la banda, el jefe del Ejecutivo destacó que el Estado de Derecho y la democracia tienen sus normas. «Lo que no puede representar ni el principio ni el fin de una acción terrorista es la afectación a ese proceso de normalidad institucional», declaró.