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El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska suspendió ayer la declaración del portavoz de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, debido a la enfermedad de éste y ordenó a la Ertzaintza que establezca un dispositivo de vigilancia en torno a su domicilio, al estimar que existe riesgo de fuga. En un auto, el magistrado justifica la suspensión de la comparecencia de Otegi -que había sido citado como «inductor» de los hechos violentos ocurridos en la jornada de huelga convocada el pasado jueves en el País Vasco y Navarra tras la muerte en prisión de dos reclusos etarras- «dado el proceso bronquial» que padece éste.

Grande-Marlaska advierte en el auto que esa comunicación «deberá ser inmediata a los fines de acordar la resolución judicial que se estime proporcional y adecuada a las circunstancias». El magistrado explica, en este sentido, que desde el viernes Otegi ha intentado por todos los medios impedir que se produjera su comparecencia, y que la suspensión de ésta acrecienta el riesgo de fuga.

El juez no fija en la resolución una nueva fecha para la práctica de la diligencia suspendida, pero ordena al médico forense del juzgado de guardia de Eibar (Guipúzcoa) -el más próximo al domicilio de Otegi en Elgoibar- que «se persone en el domicilio del anterior cada doce horas, debiendo comunicar su estado y hasta el preciso momento» en que esté recuperado. Además, «y con el fin de garantizar» que éste comparecerá en el juzgado cuando sane «soslayando cualquier riesgo de fuga», el juez ordena a la Ertzaintza «que mantenga vigilancia estática continuada sobre el domicilio de Otegi, debiendo comunicar si aquél lo abandona».

En este punto, el juez recuerda que otros miembros de Batasuna, y cita concretamente a Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, «Josu Ternera», y Jon Salaberria, «se sustrajeron a sus responsabilidades, encontrándose en busca y captura, tanto nacional como internacional». Por último, Grande-Marlaska recuerda que dado que Otegi se encuentra desde el pasado 26 de mayo en libertad bajo fianza de 400.000 euros, y que con su actuación al convocar la huelga el pasado jueves presumiblemente incumplió las condiciones de ésta, podía haber acordado de oficio su ingreso en prisión, y que si no lo hizo fue sólo para garantizar el derecho de defensa.

En la comparecencia prevista para él, la Fiscalía iba a solicitar el ingreso en prisión incondicional, según anunció el pasado viernes el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido. Fuentes del juzgado confirmaron ayer que, desde que el juez le citara el pasado jueves, tanto Otegi como su defensa han intentado suspender la comparecencia.

Así, el pasado viernes la abogada de Otegi, Jone Goirizelaia, comunicó a la Audiencia Nacional que este lunes tenía que asistir en Bilbao a un juicio con jurado, a lo que el juez le respondió que en la causa en la que se investiga la subordinación de Batasuna a ETA hay un total de catorce abogados defensores personados, y que cualquiera de ellos podía representarle. Goirizelaia volvió a llamar ayer por la mañana al juzgado, diciendo en esta ocasión que Otegi insistía en ser asistido por ella. En esa conversación, la letrada no hizo referencia alguna a que Otegi estuviera enfermo.