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El presidente del PP catalán, Josep Piqué, declaró ayer que lo que más le preocupa de la relación entre el Gobierno y sus socios parlamentarios es que el presidente Rodríguez Zapatero acepte «el chantaje» al que le somete ERC, al mezclar la reforma de las instituciones con una negociación presupuestaria. Piqué añadió que esa debilidad del Ejecutivo sería igual, si el socio parlamentario fuese CiU.

Otro aspecto analizado por Piqué fue la influencia del líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, en la política antiterrorista del Gobierno. A su juicio, cada vez se parecen más la estrategia frente a ETA marcada por Carod y la que lleva a cabo Rodríguez Zapatero, como demuestra el «envalentonamiento» de Batasuna, el proceso de diálogo con ETA o la resucitada kale borroka.

Por otra parte, el líder de IU, Gaspar Llamazares, aseguró que su grupo va a «vender caro» su apoyo al Gobierno este curso tras un primer «año de gracia», y aconsejó al Ejecutivo que «no caiga en la tentación de buscar comodines» porque «no es intercambiable una alianza de izquierdas por otra puramente territorial». El coordinador general de Izquierda Unida advirtió al Gobierno de que en el año político que comienza tendrá que ganarse la mayoría parlamentaria y le emplazó a que escoja: un pacto hacia la izquierda o hacia el nacionalismo conservador.