Mas y Maragall mantuvieron una larga reunión para abordar la crisis que hace peligrar la reforma del Estatut.

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La reforma del Estatut de Catalunya hace peligrar la continuidad del Gobierno tripartito después de que el martes el PSC amenazara con no votar el texto si ERC insiste en incluir los derechos históricos. Así, ayer se sucedieron las entrevistas para intentar llegar a un acuerdo pero las posiciones se mantienen inamovibles. El líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, reafirmó ayer ante el presidente catalán, Pasqual Maragall, la convicción de su partido de que los «derechos históricos son irrenunciables» y da por hecho que habrá que esperar a septiembre para lograr un acuerdo sobre esta cuestión.

Carod-Rovira, que se reunió ayer dos veces con Maragall, le recordó que «para ERC los derechos históricos no son sólo una cuestión de carácter jurídico o legal, sino de principios políticos irrenunciables en el actual proceso de negociación. El presidente de ERC reconoció asimismo que no ve posible salvar estas discrepancias entre ERC y PSC antes de que el viernes se vote en comisión el dictamen del proyecto de Estatut, aunque confía en alcanzar un acuerdo para septiembre.

Carod-Rovira le comunicó a Maragall que «nosotros ya hemos hecho las renuncias necesarias a favor del consenso, porque entendemos que, con 23 escaños sobre 135, no podemos hacer un Estatut a nuestra medida».

El presidente de ERC cree que «ahora son los otros partidos los que han de demostrar el mismo patriotismo, realismo y generosidad que nosotros hemos mantenido a lo largo del proceso, con una actitud constructiva».

En una jornada de alta intensidad política a causa de la amenaza del PSC de rechazar el nuevo Estatut si CiU y ERC mantienen su pacto de apelar en el nuevo texto a los derechos históricos para blindar competencias, Maragall también se entrevistó con el líder de CiU, Artur Mas.

Mas pactó con Maragall abrir un «periodo de reflexión» sobre el blindaje de las competencias en el nuevo Estatut, según Mas, aunque Maragall le dijo que estudiará «a fondo» recuperar el término de excluyente para blindar competencias si CiU «se olvida de los derechos históricos».