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La izquierda asume desde ayer, por primera vez en los 24 años de la historia democrática de Galicia, la Presidencia del Parlamento gallego, que ejercerá la diputada socialista Dolores Villarino con la intención de plasmar en el Legislativo «el cambio» dictaminado por las urnas en las elecciones del 19 de junio, que supuso la pérdida de la mayoría absoluta del PP tras 16 años. El buen estado de las relaciones entre socialistas y nacionalistas se materializó ayer en la votación conjunta de ambos grupos a los miembros de la Mesa del Parlamento para conseguir tres de los cinco representantes a los que tienen derecho, durante la sesión constitutiva de la Cámara gallega.

Según la nueva presidenta del Parlamento gallego, la diputada socialista Dolores Villarino, Galicia vive un momento histórico, «por primera vez» desde la promulgación de la autonomía gallega en 1981 las fuerzas de izquierdas de Galicia presiden el Parlamento gallego, una mujer está al frente de esta institución y otra ocupa la Vicepresidencia Primera de la Cámara, la nacionalista Tereixa Paz. En total, 25 de las 75 sillas del nuevo Parlamento serán ocupadas por mujeres, la segunda tasa de representación femenina más elevada, de acuerdo con el objetivo de PSOE y BNG de alcanzar la paridad.

La presidenta manifestó su confianza en que «el cambio también llegue al Parlamento», de forma que su funcionamiento esté presidido por el «consenso y el diálogo». En general, todos los partidos gallegos advirtieron en sus declaraciones de la necesidad de diálogo en una legislatura en la que se va a abordar la reforma del Estatuto, que requiere del apoyo de las tres quintas partes de la Cámara, lo que incluye a los diputados del PP. Socialistas y nacionalistas han acordado poner en marcha en el primer semestre una ponencia parlamentaria para intentar consensuar los cambios en el marco estatutario.