Los dirigentes de EHAK denuncian que Euskal Herria vive «un verdadero estado de excepción».

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La formación abertzale cree que la decisión del juez de la Audiencia Nacional es «muy grave» y anunció que emprenderá medidas en el Parlamento vasco para hacerle frente. Horas antes de que la Fiscalía anunciara que no va a recurrir el auto, el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, anticipó un vaticinio que por el momento no se cumplirá. Alcaraz dijo que no tiene «ningún tipo de sospecha» de que el Gobierno «llegará hasta donde tiene que llegar» con tal de oponerse a esta querella y a cualquier medida que adopte la Asociación porque sería «un obstáculo» para la negociación con ETA. Alcaraz llegó a decir que oponerse a la querella es «parte del pago» a la banda por esa negociación.

Fungairiño hizo dio esta explicación a pesar de que el juez Grande-Marlaska, en su auto, sí ofrecía la posibilidad de recurrir tanto en reforma como en apelación. Sí existe la posibilidad de que los querellados, los miembros fundacionales del PCTV-EHAK y su actual junta directiva, recurran el auto. Fuentes de la formación comunista abertzale explicaron que no han tomado una decisión. En la rueda de prensa que ofrecieron los parlamentarios de este partido no hubo alusión alguna a una respuesta judicial al auto del juez y, según dijeron repelerán la querella con el «trabajo en el día a día», que «no lo podrán frenar ni el juez ni los demás enemigos de la democracia».

Pero la Fiscalía de la Audiencia Nacional no recurrirá, según confirmó el fiscal jefe, Eduardo Fungairiño. Según explicó, no cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional y sólo podría presentarse un recurso de reforma, que resolvería el mismo juez que dictó la resolución impugnada.

Así, la única respuesta que aventuraron los parlamentarios Nekane Erauskin y Julián Martínez será en la propia Cámara vasca, donde emprenderán las medidas «oportunas» para «hacer frente a esta situación», sin especificar más cuáles son sus planes. También apelaron a la ciudadanía para que haya propuestas y demuestre que «en este Parlamento, por encima de las amenazas, hay un pueblo vivo que avanza».